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Los errores de inversión por culpa del management

Acabo de leer el artículo “La experiencia es la madre de la ciencia”, de Andrés Allende, analista de Cobas AM. Después de una acertada comparación sobre el perfeccionamiento del proceso de inversión a base de golpes (lo compara con un percance que ha tenido recientemente en moto), hace un comentario acerca del error cometido en Aryzta, y que actualmente está en boca de todos.

Su razonamiento, y que coincide con el que ya ha expresado anteriormente Francisco G. Paramés, es que no se ha tratado de un error de análisis del negocio, si no de exceso de confianza en los gestores y de porcentaje de participación en la cartera:

“Sin embargo, cometimos un tipo de error diferente. No sobre el negocio o el balance, sino que confiamos demasiado en los gestores y su palabra. Nos dejamos llevar por nuestra buena experiencia anterior con el chairman. Luego llegó la caída, que ha sido “antifrágil”, ya que no ha arriesgado el capital del fondo, gracias a la diversificación. Y gracias al margen de seguridad es probable que recuperemos gran parte de nuestra inversión (aunque no el coste de oportunidad).”

Carezco de la información, formación, experiencia y horas de trabajo que ellos han dedicado a la idea, por lo que no puedo emitir ninguna valoración al respecto. Sin embargo, si quiero comentar algo que entra dentro de las técnicas de cada gestor: la relación con el Management.

Existen gestores que consideran un valor añadido el tener un contacto directo y cercano con el Management, y no sólo eso, sino que reunirse con ellos y conocer de primera mano los planes de la empresa (y por qué no, también conocer a la persona a los mandos) es requisito indispensable antes de entrar en un valor. Por otro lado, están quienes consideran que conocer a los gestores de la empresa distorsiona la independencia e imparcialidad de su análisis. Entre medias están quienes deciden conocer al Management una vez ya han tomado la decisión de invertir.

Por resumir:

Ventajas de conocer a los directivos de la empresa analizada:

- Acceso a la información de primera mano y en mayor detalle. Siempre será más fácil enterarse de las noticias si se está cerca de la fuente de información.

- Intercambio de impresiones y posibilidad de analizar al propio directivo en directo a través de sus respuestas

- Posibilidad de conocer aspectos empresariales del directivo frente a la empresa, como su filosofía de inversión, modelo de gestión, actitud con los distintos grupos de interés,….

- También posibilidad de conocer aspectos más personales del directivo (humilde, engreído, austero, derrochador, reflexivo, autoritario,…), que pueden hacer deducir la forma en que afrontará la toma de decisiones en la empresa. Es decir, si sus decisiones irán en línea con los intereses del accionista o con sus propios intereses.

Desventajas de conocer a los directivos:

- El directivo, evidentemente, tratará siempre de agradar al gestor para que invierta en su empresa. Posible exageración o adorno de la situación o de los proyectos futuros para convencer al gestor de fondos.

- Muchos directivos han llegado a sus puestos por sus dotes como orador o como líder carismático. Esta habilidad puede hacer que el gestor empatice con el directivo y pierda la imparcialidad en el análisis. No será el primero que compre algo porque le ha caído bien el vendedor.

- Unido con lo anterior, la empatía con el directivo puede hacer que otorguemos diferente peso a las opiniones contrarias que emita cualquier otro grupo de interés (clientes, trabajadores,…), lo que redundará en que el gestor de fondos no tome tan en serio otros enfoques sobre la situación de la empresa.

Ventajas de no conocer a los directivos:

- Se mantiene una cierta lejanía con respecto a la posibilidad de recibir informaciones sesgadas.

- No entra en juego la carga emocional de conocer en persona al directivo.

- El análisis se basa en datos contrastados de diferentes fuentes, en las que ninguna sobresale por encima de las demás.

Desventajas de no conocer a los directivos:

- Se pierde un contacto directo con lo que sucede en la empresa, que nos puede proporcionar información de alto valor añadido para el análisis.

- También se pierde un contacto directo con alguien que conoce mejor que nadie el sector, ya que vive su día a día de primera mano. Será quien mejor pueda analizar la situación y anticipar los futuros cambios que se produzcan.

 

Seguro que hay muchas más razones en uno y otro lado para decantarnos por una u otra opción, y la respuesta correcta es un cobarde “depende”. En el caso concreto de Cobas con Aryzta, posiblemente le hubiera ido mejor si hubiera mantenido una cierta distancia con el Management, pero eso es fácil verlo a toro pasado. Seguro que en multitud de ocasiones ha sido el conocer al Management de primera mano lo que les ha aportado el valor añadido para conseguir un rendimiento extraordinario. Y hasta que el toro no ha pasado no lo han podido certificar.

Lo que si queda claro, y es algo que desde Cobas siempre han remarcado, es que resulta fundamental que el directivo tenga los intereses alineados con el accionista. Que su dinero esté en juego, y que pelee en el mismo bando que el accionista, es la mejor lección que nos podemos llevar de esta historia, independientemente de que un gestor prefiera conocer al Management o bien mantener la distancia.

Y si alguien tiene dudas, sólo tiene que fijarse en los políticos y sus múltiples conflictos de intereses. Si su puesto y remuneración dependiera exclusivamente del bienestar general de las personas evaluado de forma independiente, muchas de sus decisiones irían en otra dirección.

Un ejemplo claro de alineación de intereses se puede ver fácilmente en la asignación de presupuestos a los distintos departamentos de una empresa. Cada responsable de departamento maneja un dinero que gastar para hacer funcionar su departamento. Si no tiene ningún incentivo al ahorro, es muy probable que intente gastar hasta el último euro concedido, ya sea mejorando las instalaciones, comprando productos de mejor calidad, adelantando gastos del próximo año o directamente gastando en elementos accesorios y prescindibles. ¿Qué pasaría si al responsable de cada departamento se le ofreciera un pequeño porcentaje de todo el dinero que consiguiese ahorrar anualmente en su departamento? Que trataría de ser lo más eficiente posible, gastando lo justo y necesario para que el departamento funcionase correctamente, pero a la vez ahorrando todo lo posible para que también se pudiera beneficiar individualmente de ello. Evidentemente, también debería recibir otra evaluación por el desempeño anual del departamento, pues si no su objetivo se centraría únicamente en no gastar dinero.

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  1. en respuesta a Maiguel
    -
    #3
    10/12/18 18:15

    Bueno Guy ha cambiado esa regla y ahora si que trata con los directivos pero creo que es por el tema de la vanidad.

  2. en respuesta a Siames
    -
    #2
    10/12/18 16:05

    Muy de acuerdo, puede dar pie a muchos errores en el momento en el que se pierde la imparcialidad. También Guy Spier incluye "No hablar con los directivos" en sus reglas de inversión. https://ilearningvalue.blogspot.com/2016/05/8-reglas-inversion-Spier.html

  3. #1
    10/12/18 12:31

    Interesante articulo. Soy un convencido de que el contacto con los directivos es contraproducente. Los sesgos en los que caemoa al conocer y tratar con la gente son evidentemente mucho mayores que al analizar un balance. Aun asi creo que a los gestores les pirra codearse con los directivos...es un error de vanidad claro.

    Recuerdo que buffett tras ir con su amigo bill Gates a vistar microsof un dia entero le dijo al acabar el dia que habia estado mas tiempo en su empresa mas que en ninguna de berkshire.