Por Ion Jauregui – Analista ActivTrades

El oro, históricamente relegado al fondo de las estrategias de inversión, está emergiendo ahora como un activo de primer orden. Este cambio se debe a factores como la inflación en aumento, la implementación de medidas arancelarias agresivas y las tensiones geopolíticas que se han intensificado en los últimos años. La guerra en Ucrania y la consolidación de alianzas estratégicas entre Rusia, China y los países BRICs han contribuido a poner al oro en el centro de la atención, al demostrar que su carácter de refugio seguro es más necesario que nunca.
Uno de los elementos clave en esta transformación es la adopción de la normativa Basel Three. Este acuerdo, al clasificar el oro como activo “tier uno”, equipara su valor y seguridad al de los bonos del Tesoro estadounidense. Se espera que, tras su aplicación en Europa para 2026, la misma medida se extienda a los bancos estadounidenses en 2027, lo que incrementará la demanda institucional y consolidará aún más al oro como una reserva segura en tiempos de incertidumbre.
Las políticas de aranceles, impulsadas en parte por decisiones como las de la administración Trump, generan inflación y aumentan la incertidumbre económica. Tal escenario obliga a bancos y grandes inversores a repensar sus estrategias, buscando en el oro un refugio frente a la devaluación de otros activos. La convergencia de estos factores sugiere que el precio del oro podría alcanzar, e inclusive superar, niveles de $4,000 – incluso se proyecta que llegue a $4,500 – a medida que el aumento de la masa monetaria presione la valoración del metal.
La Dualidad de la Plata: Industria e Inversión
A diferencia del oro, la plata posee una dualidad que la convierte en una materia prima esencial para la industria y en un activo de inversión. Mientras que aproximadamente el 70% de la producción anual de plata se destina a procesos industriales y de fabricación, el resto se utiliza en barras, monedas y ETFs. Esta característica genera una volatilidad inherente, ya que los movimientos en la economía afectan de forma directa su demanda industrial.
Durante los periodos denominados “fear trade”, cuando la incertidumbre económica se dispara, la plata tiende a comportarse como un proxy del oro. Históricamente, se han observado compresiones en el Gold/Silver Ratio (GSR) durante estos episodios, lo que en algunos casos ha impulsado a la plata a movimientos bruscos de precio. Además, la creciente preocupación por la escasez en el mercado, producto de un déficit entre producción y demanda que podría superar los 200 millones de onzas este año, añade otra capa de complejidad al escenario.
La incertidumbre normativa agrava la situación: ante la posibilidad de intervenciones gubernamentales para “normalizar” los precios—por ejemplo, prohibiendo ETFs u otras formas de inversión—la plata podría experimentar descensos temporales. No obstante, estas intervenciones podrían verse compensadas a mediano plazo por una demanda acumulada de inversores ansiosos por proteger su patrimonio en un entorno de creciente inestabilidad.
Estrategia Inversionista: El Enfoque Piramidal
Hay una variedad de expertos que sugieren que la estrategia de navegación sobre este entorno volátil es el enfoque piramidal en inversiones en metales preciosos. En la base de esta pirámide se sitúan los activos físicos: la adquisición de oro y plata en forma de lingotes o monedas representa la primera línea de defensa contra la incertidumbre y la inflación. El oro, debido a su papel como reserva de valor, ofrece estabilidad, mientras que la plata –con todo su potencial de revalorización en "fear trades"– añade dinamismo al portafolio. Sobre esta base se complementa la inversión a través de fondos mutuos, ETFs y acciones de productores mineros y desarrolladores. Los productores sólidos han demostrado históricamente generar la mayor parte de los retornos, mientras que los desarrolladores, con altos márgenes de crecimiento, ofrecen oportunidades de apalancamiento sobre los movimientos del mercado. Esta estructura diversificada ayuda a gestionar el riesgo y a aprovechar tanto la estabilidad del oro como el potencial explosivo de la plata en momentos de tensión.
Estrategia especuladora
Como en todo momento de la historia siempre se han dado especuladores en el mercado y la operativa en derivados es una forma como cualquier otra de especular, este tipo de operativa obviamente tiene una temporalidad inferior a la del inversionista, pero facilita la rápida entrada y salida en el mercado de metales. Obviamente minimiza el riesgo de exposición en el tiempo y los lucros potenciales suelen verse aumentados así como los riesgos de este debido al apalancamiento al operar con derivados.
Análisis Plata (Ticker AT: SILVER)
Observando el gráfico de la plata, desde san Valentín, en febrero del año pasado, el activo ha estado escalando su cotización hasta octubre de 2024 donde se frenó su ascenso. Posteriori en la última semana de marzo el activo ha intentado empujar su precio por encima de los máximos establecidos en $34.845 sin éxito. Tras el “Trumpazo” arancelario ocasionado el viernes, su valor volvió a caer hasta los $28,314 y en esta semana vemos como ha resistido el soporte de $28,768 y parece haberse frenado su caída. En estos momentos el RSI se ubica altamente sobrevendido en 33,38%, su punto de control actual (POC) se ubica en la zona de $30,556 precio que ya tocó en la sesión de ayer. El cruce de medias de 50 se puso sobre la de 100 días el 31 de enero en gráfico diario, por lo que si esta tendencia no cambia seguirá soportando esta expansión sobre la de 200 días. Es muy posible que el preciado metal vuelva a la senda de la recuperación de precio, pero esto es muy dependiente de la situación que se puede dar con el oro como valor de reserva. Si este precio no se soporta y se cruzan las medias a la baja, podríamos ver una corrección hasta la zona de precios de $27,198. No obstante debe quedar constancia de que en este soporte se han dado dos toques y podría llegar a testearse esta zona de precio en algún momento si la presión bajista continúa.
Conclusión: El Miedo como Motor del Mercado
El entorno actual, marcado por la incertidumbre geopolítica y económica, ha convertido al miedo en un factor determinante para el comportamiento de los metales preciosos. El oro, ahora considerado un activo de primer orden y respaldado por medidas como Basel Three, se perfila como un refugio seguro con proyecciones que podrían superar los $4,000. Por otro lado, la plata, pese a su volatilidad y su uso industrial, actúa como un proxy del oro en periodos de "fear trade", donde sus movimientos bruscos ofrecen oportunidades para los inversores. En definitiva, este contexto subraya la importancia de una estrategia diversificada—combinando activos físicos y operativas en derivados—para proteger el patrimonio y aprovechar las potenciales revalorizaciones cuando el miedo impulsa el mercado.
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