Una acción liberada, también conocida como acción liberada de pago o bonificación de acciones, se refiere a un evento en el cual una empresa emisora de acciones distribuyó acciones adicionales a sus accionistas existentes de manera gratuita. En otras palabras, es cuando una empresa decide otorgar a sus accionistas más acciones de las que ya posee sin requerir un pago adicional por parte de los accionistas.
Las
acciones son partes alícuotas del
capital social de una empresa. Cuando compramos una acción, estamos adquiriendo, en esencia, un pedacito de esa empresa y, por lo tanto, pasamos a tener una participación en ella. Ahora bien, cuando hablamos de acciones liberadas, nos estamos refiriendo a un tipo especial de acciones que tienen su propia historia.
Una acción liberada se origina cuando una empresa decide aumentar su capital social sin necesidad de recibir
dinero fresco. Es decir, en lugar de emitir acciones nuevas y pedir a los
accionistas que las compren, la empresa toma parte de sus reservas, esas sumas que ha ido acumulando gracias a sus beneficios anteriores, y las transforma en acciones nuevas. Así, estas acciones "nacidas" de las reservas se reparten entre los accionistas actuales sin que tengan que desembolsar dinero. Son, por decirlo de alguna manera, un regalo de la empresa a sus accionistas.
Si te estás preguntando por qué una empresa haría algo así, hay varias razones. A veces, se busca simplemente recompensar a los accionistas leales que han estado con la empresa durante años. Otras veces, puede ser una estrategia para hacer las acciones más atractivas, ya que, al aumentar el número de acciones en circulación, el
precio por acción puede disminuir y atraer a nuevos
inversores.
Ahora, es importante no confundirse. Aunque a los accionistas se les está dando más acciones, su participación relativa en la empresa no cambia. Es decir, si antes tenías el 5% de una empresa con 100 acciones y te dan 20 acciones liberadas, ahora tendrás 120 acciones, pero tu porcentaje de participación seguirá siendo el mismo. Lo que ha cambiado es el número total de acciones en circulación.
Una curiosidad es que, aunque estas acciones no requieren un desembolso por parte del accionista, pueden tener implicaciones fiscales. dependiendo de la legislación de cada país, recibir acciones liberadas podría requerir un incremento en el
patrimonio del accionista, lo que podría conllevar ciertas obligaciones tributarias.
Características de una acción liberada
Dentro del mundo de la inversión, las acciones liberadas tienen ciertas particularidades que las distinguen de las acciones ordinarias. Aunque ya hemos visto qué son, vamos a sumergirnos en sus características más relevantes.
En primer lugar, una acción liberada nace sin que el accionista tenga que hacer un desembolso económico adicional. Esto es porque la empresa decide convertir parte de sus reservas, esas acumulaciones de beneficios no distribuidos, en acciones nuevas. Así, estas acciones se distribuyen entre los accionistas actuales como una especie de "bonificación" o recompensa, pero sin que tengan que pagar por ellas.
A pesar de ser "gratuitas", las acciones liberadas tienen los mismos derechos que cualquier otra acción de la empresa. Esto significa que otorgan al accionista el mismo derecho a recibir dividendos, a votar en las juntas o cualquier otro derecho que conlleve la posesión de acciones ordinarias.
Otra peculiaridad es que la emisión de acciones liberadas no cambia la participación relativa del accionista en la empresa. Es decir, aunque reciba más acciones, su porcentaje de propiedad sobre la empresa no se ve alterado. Si imaginamos una tarta que se divide en más porciones, aunque ahora tengas más trozos, el tamaño total de tu parte de la tarta sigue siendo el mismo.
También es interesante mencionar que, al emitir acciones liberadas, la empresa puede experimentar un ajuste en el precio de sus acciones en el mercado. Al haber más acciones en circulación, el valor de cada una puede disminuir, pero esto no significa que el valor de la empresa en su conjunto haya bajado.
Por último, aunque no se requiere un desembolso inicial para recibir acciones liberadas, no hay que olvidar que pueden tener un impacto fiscal. dependiendo de la normativa de cada país, la recepción de estas acciones podría generar obligaciones tributarias para el accionista, ya que podrían entenderse como un incremento en su patrimonio.
Diferencias entre acción liberada y acción ordinaria
Las acciones son pequeñas partes de una empresa que se pueden comprar o vender. Cuando hablamos de acciones, es habitual que nos vengan a la mente las acciones ordinarias, que son las más comunes y conocidas. Sin embargo, en el amplio espectro del mercado financiero, también encontramos las acciones liberadas, que poseen ciertas particularidades. Vamos a desgranar las diferencias entre una acción liberada y una acción ordinaria.
Para empezar, lo primero que hay que entender es que una acción liberada, en esencia, nace de una decisión de la empresa de transformar parte de sus reservas (los beneficios que ha ido guardando y no repartiendo) en nuevas acciones. Así, los accionistas reciben estas acciones adicionales sin tener que pagar por ellas. Es como si la empresa decidiese repartir una parte de lo que ha ahorrado entre sus propietarios en forma de más acciones.
En cambio, las acciones ordinarias son, en su mayoría, aquellas que se emiten cuando una empresa decide abrirse al mercado por primera vez o cuando realiza una ampliación de capital y busca obtener dinero fresco. En este caso, los inversores sí tienen que comprar estas acciones, pagando el precio que marque el mercado o el establecido por la empresa en su oferta.
Sin embargo, y aquí viene una peculiaridad interesante, una vez que la acción liberada está en manos del accionista, no hay diferencias en términos de derechos. Tanto una acción liberada como una acción ordinaria otorgan los mismos derechos a quien las posee: recibir dividendos, votar en las juntas generales, etc.
Otra diferencia clave radica en el impacto sobre el capital de la empresa. Cuando se emiten acciones liberadas, no entra dinero nuevo en la compañía, ya que, como hemos dicho, estas acciones se reparten sin coste para el accionista. En cambio, cuando se emiten acciones ordinarias en una ampliación de capital, sí hay un ingreso para la empresa, que obtiene recursos frescos para financiar sus proyectos o reducir sus deudas.
Finalmente, en cuanto a la cotización en bolsa, las acciones liberadas pueden generar un ajuste en el precio de la acción. Al aumentar el número total de acciones en circulación, el precio por acción podría experimentar cambios.
Tipos de acciones liberadas
Dentro del mundo de las inversiones, las acciones liberadas tienen un papel peculiar. Aunque hemos estado hablando de ellas como si se encontrara una única categoría, lo cierto es que hay diferentes tipos, según la naturaleza de su origen y según lo que representan en términos contables y financieros.
Veamos esos diferentes tipos.
Primero, cuando hablamos de acciones liberadas por conversión de reservas, nos referimos a aquellos que provienen, como su nombre indica, de la conversión de reservas de la empresa en acciones. Las empresas, al generar beneficios, no siempre distribuyen todo ese dinero entre sus accionistas. Una parte puede quedarse en la empresa en forma de reservas. En un momento dado, la empresa puede decidir transformar esas reservas en nuevas acciones y repartirlas entre los accionistas actuales. De esta manera, los accionistas reciben más acciones sin tener que comprarlas.
Otro tipo son las acciones liberadas por conversión de prima de emisión. Cuando una empresa emite acciones por un precio superior al valor nominal de estas, la diferencia entre ambos valores se conoce como prima de emisión. Esta prima se va acumulando en una cuenta específica del balance de la empresa. Al igual que con las reservas, la empresa puede decidir en un momento dado convertir esa prima de emisión acumulada en nuevas acciones liberadas.
También están las acciones liberadas por capitalización de beneficios. Estas provienen directamente de los beneficios generados por la empresa en un ejercicio concreto. En lugar de distribuir esos beneficios en forma de dividendos, la empresa decide convertirlos en acciones y repartirlas entre los accionistas. Aunque pueda parecer similar a la conversión de reservas, aquí la diferencia es que no provienen de beneficios acumulados en el pasado, sino de beneficios recientes.
Por último, aunque no es un tipo de acción liberada en sí, es importante mencionar las acciones de pago. Estas son el opuesto de las acciones liberadas. En lugar de recibir acciones sin desembolso adicional, los accionistas tienen que pagar por ellos, generalmente a un precio preferente, en una ampliación de capital.
Ahora, independientemente del tipo de acción liberada, todas comparten características comunes: no requieren un desembolso por parte del accionista al recibir estas acciones y, una vez emitidas, tienen los mismos derechos que cualquier otra acción de la empresa.
Origen de las acciones liberadas
Adentrarnos en el origen y la historia de las acciones liberadas nos lleva a un viaje por el mundo financiero y las formas en que las empresas han evolucionado en su relación con los accionistas.
El concepto de acciones, en general, tiene sus raíces en las primeras corporaciones y compañías que surgieron en Europa, durante especialmente el auge de las compañías de comercio en el siglo XVII, como la famosa Compañía de las Indias Orientales. Estas corporaciones necesitaron una forma de financiarse, y una solución fue dividir la propiedad de la empresa en múltiples "partes" o "acciones" que pudieron ser compradas y vendidas.
Con el tiempo, las empresas obtuvieron a generar beneficios y se encontraron con la decisión de cómo utilizarlos. Aquí es donde comienza a tomar forma la idea detrás de las acciones liberadas. Una de las opciones era distribuir esos beneficios entre los accionistas en forma de dividendos. Sin embargo, hubo ocasiones en que las empresas preferían retener esos beneficios, ya sea para reinvertirlos en el negocio o simplemente guardarlos para tiempos de incertidumbre. Estos beneficios retenidos se acumulan en lo que conocemos como "reservas".
Con el tiempo, algunas empresas acumularon grandes cantidades de estas reservas y se dieron cuenta de que podrían usarlas de una forma diferente: en lugar de distribuir el dinero, ¿por qué no convertir esas reservas en nuevas acciones y repartirlas entre los accionistas? De esta manera, se "premiaba" a los accionistas sin vaciar las arcadas de la empresa. Y así es como, de forma gradual, nació el concepto de las acciones liberadas.
Este mecanismo se convirtió en una herramienta útil para las empresas en diferentes situaciones. Por ejemplo, en momentos de incertidumbre económica o cuando la empresa quería conservar efectivo pero aún deseaba recompensar a sus accionistas. También ha sido una estrategia utilizada para mantener a los accionistas satisfechos cuando los dividendos en efectivo no eran viables o atractivos.
En definitiva, lo que trato de decir es que las acciones liberadas surgieron como una evolución natural de la relación entre las empresas y sus accionistas. A lo largo del tiempo, las empresas han buscado formas de equilibrar sus necesidades financieras con las expectativas de sus inversores, y las acciones liberadas han sido una de las herramientas que han permitido este equilibrio.
Ventajas y desventajas de las acciones liberadas
Las acciones liberadas, como cualquier otro instrumento financiero, tienen ventajas y desventajas tanto para las empresas como para los accionistas.
Por esta razón, en este apartado vamos a ver las ventajas y las desventajas que presentan este tipo de acciones.
Ventajas de las acciones liberadas
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Recompensa sin desembolso: Para el accionista, una de las ventajas más claras es recibir un "extra" sin necesidad de desembolsar dinero. Es como un regalo que premia su confianza y lealtad hacia la empresa.
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Flexibilidad para la empresa: Las acciones liberadas permiten a la compañía recompensar a los accionistas sin reducir su capital. Es decir, pueden premiar sin tener que gastar dinero en efectivo.
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Reinversión automática: Los beneficios que podrían haber repartido en forma de dividendos en efectivo se "reinvierten" automáticamente en la empresa, al convertirse en acciones liberadas.
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Positivo para la imagen: Emitir acciones liberadas puede ser visto como un signo de confianza en el futuro de la empresa. Es una forma de decir: "Creemos tanto en nuestro futuro que preferimos darte más parte de la empresa en lugar de dinero en efectivo".
Desventajas de las acciones liberadas
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Dilución de la propiedad: Aunque los accionistas reciben más acciones, el porcentaje total de la empresa que posee no puede cambiar mucho. Si todos los accionistas reciben más acciones en la misma proporción, su participación relativa en la empresa permanece similar.
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Posible impacto en el precio: Al aumentar el número de acciones en circulación, podría haber un ajuste en el precio de la acción en el mercado. No siempre es negativo, pero es algo a considerar.
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Menos efectivo en mano: Aunque recibir acciones extra es mejorar, no es lo mismo que recibir dinero en efectivo. Si una accionista necesita liquidez, tendrá que vender esas acciones liberadas, lo que podría conllevar comisiones o impuestos.
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Percepción de falta de liquidez: Si una empresa opta por emitir acciones liberadas en lugar de pagar dividendos en efectivo, algunos inversores podrían interpretarlo como que la empresa no tiene suficiente liquidez o está atravesando dificultades financieras, aunque no siempre sea el caso.
Como en todo, las acciones liberadas tienen sus luces y sombras. Para las empresas, pueden ser una herramienta útil en determinadas circunstancias, y para los accionistas, un regalo que refuerza su relación con la compañía.
Cómo emitir acciones liberadas
Las acciones liberadas, al ser una herramienta que permite a las empresas recompensar a sus accionistas sin necesidad de desembolsar efectivo, tienen un proceso específico de emisión.
A continuación, vamos a desglosar cómo una empresa lleva a cabo este proceso:
Decisión de la Junta General de Accionistas : Todo comienza con una decisión estratégica. La junta general de accionistas, que es el órgano supremo de la empresa, debe aprobar la emisión de acciones liberadas. En esta reunión, se presenta la propuesta, se discute y, finalmente, se vota. Si hay consenso, se da luz verde al proceso.
Determinación de la fuente de financiación : Una vez aprobada la emisión, la empresa debe decidir de dónde sacará los fondos para estas acciones liberadas. Aunque parezca contradictorio, ya que no se desembolsa dinero, estas acciones no surgen de la nada. Generalmente, se financian a través de reservas acumuladas o beneficios no distribuidos. Es decir, la empresa utiliza dinero que ya tenía guardado y, en lugar de repartirlo, lo "convierte" en acciones.
Fijación del número de acciones a emitir : La empresa, en base a la cantidad de reservas o beneficios que decida utilizar, determinará las acciones liberadas se emitirán. Esto también obtendrá de acciones ya están en circulación y de cuánto quiere otorgar a cada accionista.
Reparto proporcional : Las acciones liberadas se distribuyen entre los accionistas actuales de forma proporcional a las acciones que ya poseen. Si un accionista tiene un 10% de las acciones de la empresa, recibirá un 10% de las acciones liberadas que se emitan.
Inscripción y entrega : Una vez tomadas todas las decisiones, la empresa debe inscribir estas nuevas acciones en el Registro Mercantil. Además, los accionistas recibirán certificados o anotaciones en cuenta que reflejen estas nuevas acciones liberadas. Aunque en la actualidad, la mayoría de las acciones están digitalizadas y se gestionan a través de entidades de depósito, por lo que el proceso es más sencillo y menos "tangible".
Ajuste en el mercado : Con la emisión de nuevas acciones, es posible que el precio de la acción en el mercado se ajuste. Aunque esto no es una certeza, y muchos factores pueden influir, es algo que tanto la empresa como los accionistas deben tener en cuenta.
En resumen, la emisión de acciones liberadas es un proceso que, aunque puede parecer complejo y casi imposible, se lleva a cabo de manera ordenada y siguiendo estos pasos concretos.
¿Qué implica para el inversor comprar una acción liberada?
Cuando hablamos de acciones liberadas, nos referimos a acciones que se otorgan a los accionistas existentes sin que estos tengan que desembolsar dinero. Pero, ¿qué implica realmente para un inversor tener o comprar una acción liberada?
A continuación, vamos a sumergirnos en este asunto.
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Sin coste inicial: Primero y principal, para el accionista que ya es propietario de acciones de la empresa, recibir acciones liberadas no implica ningún desembolso. Se le otorgan en función de las acciones que ya poseen. Es como recibir un pequeño "bonus" o regalo por su lealtad a la compañía.
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Aumento de la participación: Al recibir o comprar más acciones, incluso si son liberadas, el inversor ve aumentada su participación en la empresa. Esto significa que tendrá derecho a más dividendos en el futuro ya una parte mayor de la empresa si esta se llegará a liquidar o vender.
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Dilución de la propiedad: Aunque puede parecer paradójico, recibir más acciones no siempre se traduce en tener una mayor proporción de la empresa. Si todos los accionistas reciben acciones liberadas, la participación relativa de cada uno en la empresa puede permanecer igual, incluso si el número de acciones que poseen aumenta.
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Ajuste del precio de mercado: Las acciones liberadas pueden influir en el precio de la acción en el mercado. Al haber más acciones en circulación, es posible que el precio por acción disminuya. No obstante, esto no significa que el valor total del inversor disminuya, ya que posee más acciones.
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Posible variación en dividendos: Aunque el inversor tenga más acciones, si la empresa decide repartir el mismo total de dividendos, la cantidad que se recibe por acción puede ser menor. Sin embargo, al tener más acciones, el dividendo total recibido puede ser similar o incluso superior.
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Decisiones a largo plazo: Una vez que el inversor recibe acciones liberadas, debe reflexionar sobre sus objetivos a largo plazo. ¿Desea mantener esas acciones, confiando en el crecimiento futuro de la empresa? ¿O prefieres venderlas y convertirlas en liquidez?
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Implicaciones fiscales: dependiendo de la legislación vigente, puede haber consideración fiscal al vender acciones liberadas. Aunque las reglas varíen según el país y las circunstancias individuales, es aconsejable estar informado y, si es necesario, consultar a un profesional.
Teniendo en cuenta todo lo dicho, y como siempre decimos, es esencial estar bien informado y conocer todas estas implicaciones, así como actuar de manera estratégica.
Ejemplo de acción liberada
Para terminar, vamos a ilustrar todo los visto hasta el momento a través de un ejemplo práctico. Después de todo, a menudo son estas ilustraciones las que nos ayudan a asentar y comprender conceptos financieros que pueden parecer complejos en primera instancia, pero que no son tan complejos como parecen.
Ejemplo de la empresa "Dulce Manzana" :
Imagina la empresa "DulceManzana", una popular marca de golosinas que ha experimentado un crecimiento constante durante los últimos años. Sus accionistas han estado con ella en este viaje de éxito y la junta directiva desea recompensar su confianza y compromiso.
La empresa cuenta con 1 millón de acciones en circulación y ha decidido emitir un 10% de acciones liberadas, es decir, 100.000 acciones adicionales.
¿Cómo afecta esto a un accionista?
Supongamos que María es una accionista que posee 1.000 acciones de "DulceManzana". Con la emisión de acciones liberadas, recibirá un 10% adicional, lo que le dará 100 acciones más. Ahora, María tendrá un total de 1.100 acciones de la empresa sin haber pagado nada por esas 100 acciones adicionales.
Por otro lado, Juan, que tenía 10.000 acciones, ahora tendrá 11.000 acciones, tras recibir sus 1.000 acciones liberadas.
¿Y el precio de la acción?
Si antes de la emisión, la acción de "DulceManzana" valía 10 euros, es probable que, después de la emisión de acciones liberadas, este precio se ajuste ligeramente a la baja. Sin embargo, el valor total de las acciones de María y Juan no disminuiría. Por ejemplo, si el precio bajase a 9,50 euros, María tiene acciones por un valor de 10.450 euros (1.100 acciones x 9,50 euros) y Juan tiene acciones por un valor de 104.500 euros.