Una acción privilegiada es un tipo de acción que otorga ciertos privilegios y preferencias a aquellos accionistas que las poseen. Ello, en contraste con las acciones ordinarias y los accionistas ordinarios, que no cuentan con tales privilegios.
Una acción privilegiada es un tipo de
acción emitida por una empresa que otorga a sus titulares, o lo que es lo mismo, a los
accionistas ciertos derechos adicionales a los que ofrecen las acciones ordinarias. Estos privilegios pueden variar en función de la acción privilegiada de la que hablemos, pues dependen en gran medida de los términos establecidos por la empresa al emitir dichas acciones.
Entre los privilegios que ofrecen este tipo de acciones, podemos señalar, por ejemplo, que algunos accionistas privilegiados, por el hecho de tener acciones privilegiadas, podrían tener derecho a recibir
dividendos antes que los titulares de acciones ordinarias. En otras palabras, si la empresa decide repartir dividendos, los accionistas privilegiados serán los primeros en recibir su parte, y sólo después se distribuirán los dividendos restantes entre los titulares de acciones ordinarias. Esto puede ser un gran atractivo para los
inversores que buscan una
fuente de ingresos más segura y constante.
De la misma manera, poseer acciones privilegiadas puede ofrecer una mayor protección en caso de que la empresa emisora se declare en estado de
quiebra. Si eso pasara, es decir, si una empresa se ve obligada a liquidar sus
activos, los titulares de acciones privilegiadas suelen tener prioridad para recibir los fondos resultantes antes que los titulares de acciones ordinarias. Este es otro factor que puede hacer que las acciones privilegiadas sean atractivas para los inversores más conservadores.
Sin embargo, pese a la existencia de privilegios, hemos de señalar que las acciones privilegiadas también presentan desventajas o inconvenientes que debemos tener en cuenta. Por ejemplo, los titulares de acciones privilegiadas, por lo habitual, no tienen derecho a voto en las
juntas generales de accionistas; lo que significa que este tipo de accionistas pueden tener menos control sobre la dirección y la gestión de la empresa.
Como curiosidad, también es importante señalar que el valor de las acciones privilegiadas no suele fluctuar tanto como el de las acciones ordinarias. En lugar de ello, el valor de una acción privilegiada suele estar más vinculado al valor de su dividendo, lo que puede hacer que sean menos
arriesgadas, pero también menos
rentables en términos de ganancia de capital.
En definitiva, las acciones privilegiadas no son más que un tipo de acción, es decir, un tipo de participación en una empresa. En el caso de las acciones privilegiadas, estas otorgan a su propietario ciertos privilegios que un accionista ordinario, por el hecho de serlo, nunca tendrá.
Diferencia entre acción privilegiada y acción ordinaria
Antes de seguir profundizando en las acciones privilegiadas y sus características, veamos las principales diferencias que encontramos entre este tipo de acciones y las acciones ordinarias.
En este sentido, las acciones privilegiadas y las acciones ordinarias, como hemos señalado anteriormente, son dos tipos de acciones que una empresa puede emitir. En ambos casos, los dos tipos de acciones representan una participación en la propiedad de una empresa. No obstante, y como hemos indicado al inicio del artículo, existen diferencias entre estos dos tipos de acciones que conviene conocer.
Por un lado, encontramos las acciones ordinarias, también denominadas acciones comunes. Este tipo de acciones representa la modalidad más común que se intercambia en el mercado de valores.
Los titulares de acciones ordinarias tienen derecho a voto en las asambleas de la empresa y pueden recibir dividendos, aunque estos no están garantizados y dependen de las decisiones de la junta directiva. Además, en caso de liquidación de la empresa, los accionistas ordinarios son los últimos en cobrar, una vez que se han satisfecho todas las demás obligaciones financieras.
Por otro lado tenemos a las acciones privilegiadas. Como hemos señalado, las acciones privilegiadas ofrecen una serie de ventajas sobre las acciones ordinarias, de ahí su nombre.
Los titulares de acciones privilegiadas tienen prioridad sobre los titulares de acciones ordinarias en cuanto a la distribución de los dividendos y también en caso de liquidación de la empresa. Esto significa que, si la empresa se declara en bancarrota, los titulares de acciones privilegiadas recibirán primero su parte de los activos restantes.
Además, las acciones privilegiadas suelen tener un dividendo fijo que se paga antes que cualquier dividendo de las acciones ordinarias. Sin embargo, a diferencia de las acciones ordinarias, las acciones suelen tener derechos de voto limitados o nulos, lo que significa que los titulares de acciones privilegiadas tienen menos influencia en la gestión de la empresa.
La acción preferente: Un tipo de acción privilegiada
Si bien la terminología puede variar según el contexto y el lugar, por lo general, cuando hablamos de acción preferente, nos referimos a un tipo de acción privilegiada.
Una acción preferente es, en esencia, un tipo de acción privilegiada, la cual otorga a su propietario una serie de derechos específicos que le sitúan en una posición de ventaja respecto a los propietarios de acciones ordinarias. Es decir, aquellos que poseen acciones preferentes disfrutan de ciertos "privilegios", y de ahí su denominación.
Por ejemplo, uno de los privilegios más destacados de las acciones preferentes es el derecho a recibir dividendos antes que los propietarios de las acciones ordinarias. Esto significa que, si una empresa genera beneficios y decide repartirlos entre sus accionistas en forma de dividendos, los propietarios de acciones preferentes recibirán su parte antes que los propietarios de las acciones ordinarias.
Otra característica importante de las acciones preferentes es que, en caso de que la empresa quiebre o se liquide, los propietarios de este tipo de acciones tienen prioridad para recuperar su inversión. Esto significa que, después de que se hayan pagado todas las deudas y obligaciones de la empresa, los propietarios de las acciones preferentes serán los primeros en recibir el dinero restante. Solo después de que ellos hayan recibido su parte, los propietarios de las acciones ordinarias podrán recibir la suya.
Es importante señalar que estos "privilegios" pueden variar dependiendo de cada caso en particular. Es decir, no todas las acciones preferentes otorgan los mismos derechos, y esto surgió de las condiciones específicas de cada acción y de cada empresa. Por tanto, siempre es recomendable leer detenidamente la letra pequeña antes de adquirir este tipo de acciones.
En contrapartida, y aunque dependa de la empresa y del país, las acciones preferentes no suelen tener derecho a voto en las decisiones de la empresa o este derecho está limitado. Esto significa que, aunque gozan de ciertos beneficios económicos, los propietarios de las acciones preferentes no pueden tener voz en la gestión de la empresa.
En resumen, hay quien usa los términos acción privilegiada y acción preferente como sinónimos. No obstante, lo correcto es decir que la acción preferente, como hemos indicado, es uno de los tipos de acción privilegiada más conocidos.
Características de las acciones privilegiadas
Dentro del abanico de posibilidades que nos brinda el mundo de las inversiones, las acciones privilegiadas cobran especial relevancia por sus particularidades. Veamos cuáles son estas características específicas.
Empecemos por definir a qué nos referimos con acciones privilegiadas. Son títulos emitidos por una empresa que, al igual que las acciones ordinarias, representan una fracción del capital social. Sin embargo, estas acciones otorgan a sus propietarios una serie de ventajas o privilegios que no tienen los poseedores de acciones comunes. Esos beneficios adicionales son los que marcan la diferencia.
Un elemento destacado de las acciones privilegiadas es el dividendo preferencial. Esto significa que los propietarios de estas acciones tienen derecho a recibir un dividendo antes que los accionistas ordinarios. Además, en ocasiones, este dividendo puede ser fijo o mínimo garantizado, lo que proporciona a los inversores una mayor seguridad en cuanto a los retornos esperados.
Otro aspecto importante es la prioridad en la liquidación. En caso de que la empresa llegue a una situación de quiebra y tenga que liquidar sus bienes, los propietarios de acciones privilegiadas tienen preferencia para recibir su parte antes que los tenedores de acciones ordinarias.
Ahora bien, no todo son ventajas en las acciones privilegiadas. Uno de los aspectos más controvertidos es que, en muchos casos, los titulares de este tipo de acciones no tienen derecho de voto en la junta de accionistas. Esto significa que no pueden influir en la toma de decisiones estratégicas de la compañía.
Por último, cabe destacar que las acciones privilegiadas suelen tener un comportamiento más estable en el mercado que las acciones ordinarias. Esto se debe a que su valor está menos sujeto a las fluctuaciones del mercado y está más ligado al pago de dividendos.
Tipos de acción privilegiada
Existen varios tipos de acciones privilegiadas, cada una con su propio conjunto de beneficios y obligaciones.
Las acciones privilegiadas acumulativas son un tipo común. En este caso, si la empresa no puede pagar el dividendo en un año determinado, ese dividendo se acumula y se paga en el próximo período en el que la empresa tenga la capacidad de hacerlo. Este tipo es especialmente atractivo para los inversores que buscan ingresos regulares, ya que garantiza que no perderán sus dividendos si la empresa atraviesa tiempos difíciles.
Por otro lado, encontramos las acciones privilegiadas no acumulativas. A diferencia de las acumulativas, si la empresa no puede pagar el dividendo en un año, el inversor pierde ese dividendo. No se acumula para el futuro. Esto puede parecer menos atractivo, pero estas acciones suelen ofrecer un dividendo más alto para compensar el riesgo adicional.
Las acciones privilegiadas amortizables son otro tipo muy relevante en esta categoría. En términos sencillos, la amortización se refiere a la acción de disminuir o extinguir una deuda o un gasto a lo largo del tiempo mediante pagos regulares. En el contexto de las acciones privilegiadas, cuando hablamos de acciones privilegiadas amortizables, nos referimos a que la empresa tiene el derecho, aunque no la obligación, de recomprar y retirar estas acciones del mercado después de un período de tiempo previamente acordado.
También existen las acciones privilegiadas convertibles. Estas acciones ofrecen al propietario la opción de convertirlas en acciones ordinarias después de un período de tiempo determinado. Esto brinda al inversor la posibilidad de aprovechar un aumento en el precio de las acciones ordinarias, a la vez que disfruta de los dividendos regulares y la seguridad de las acciones privilegiadas.
Finalmente, mencionaremos las acciones privilegiadas participativas. Este tipo de acciones no solo proporciona un dividendo fijo, sino que también permite a los inversores compartir los beneficios adicionales de la empresa. Si la empresa tiene un buen desempeño, los tenedores de acciones privilegiadas participativas recibirán un dividendo mayor.
Ejemplo de acción privilegiada
Para terminar, veamos un ejemplo que nos permita terminar de comprender este importante concepto bursátil.
Imaginemos que la empresa "TusLibros SA", dedicada a la venta de libros en línea, decide emitir acciones privilegiadas para financiar su expansión a nuevos mercados. El hecho de que sean privilegios significa que los accionistas de este tipo de acciones recibirán sus dividendos antes que los de las acciones ordinarias. En este caso, las acciones privilegiadas podrían tener un dividendo fijo anual del 5%, independientemente de cómo le vaya a la empresa en ese año. Es decir, si la empresa gana dinero, primero se les paga a los accionistas de las acciones privilegiadas y, luego, si queda dinero, se reparte entre los accionistas de las acciones ordinarias.
Además, si "TusLibros SA" tuviese que liquidarse, los tenedores de acciones privilegiadas también tendrían prioridad en el reparto de lo que se obtenga por la venta de los activos de la empresa, una vez pagadas las deudas.
De este modo, la empresa consigue el capital necesario para su expansión y los inversores tienen una mayor seguridad de recibir sus dividendos y de recuperar su inversión en caso de liquidación. Así es cómo las acciones privilegiadas permiten un equilibrio entre las necesidades de financiación de la empresa y la seguridad de los inversores.