Un bono convertible es un tipo de bono que confiere el derecho a su poseedor a cambiar dicho bono por acciones de la compañía, en un momento determinado y a un precio pactado previamente.
El bono convertible, en otras palabras, es un bono normal y corriente, un título de deuda, que se diferencia de otros tipos de bonos en el derecho que confiere este a su tenedor de cambiar el bono por acciones de la compañía. Con este cambio, el acreedor pasa a ser accionista y, de la misma manera, adquiere una serie de derechos; como podría ser el derecho a asistir a las juntas de accionistas, o el derecho a obtener dividendos en el reparto. De la misma manera, conviene señalar que este cambio que hacemos de bonos por acciones puede ser opcional u obligatorio. Es decir, podemos tener el derecho o la obligación de hacerlo, pero todo depende de lo pactado previamente con el emisor del bono en el momento de la compra. No obstante, desde el punto de vista del inversor, nos interesa contar con la capacidad de intercambiarlos, es decir, tener un bono convertible opcional.
Ahora bien, debido a que ofrecen la opción de canjearlo, también ofrecen una menor rentabilidad.
En resumen, hablamos de un producto financiero bastante interesante, pues además de contar con la capacidad de convertir al acreedor en accionista, también permite convertir el activo de éste, que es un título de renta fija, en un título de renta variable.
Tipos de bonos convertibles
Una vez conocemos qué son los bonos convertibles, así como sus principales características, debemos profundizar, viendo los diferentes tipos de bonos convertibles con los que podemos encontrarnos, así como las características que diferencian al uno del otro.
Dicho esto, veámoslos:
Clásicos: Los bonos convertibles clásicos ofrecen al titular el derecho de conversión, a la vez que le permite tomar la decisión en función de sus intereses. En este caso, el emisor hace una oferta de conversión, que el tenedor aceptará en función de las expectativas que este tenga, el vencimiento, entre otras cuestiones.
Contingente convertible (conocido como CoCo): El CoCo presenta un funcionamiento distinto al clásico. En este sentido, presenta un comportamiento similar si las condiciones son favorables para la empresa, pero si esto no es así, aquí es donde se produce la diferencia con el tipo anteriormente citado. Pues debemos señalar que el CoCo confiere el derecho al emisor de forzar la conversión a acciones en caso de que a la compañía le interese hacerlo.
Forzosamente convertibles: Su nombre ya nos da varias pistas. En este tipo de bonos convertibles, la decisión de convertir el bono en acciones corresponde al emisor, es decir, el acreedor se ve en la obligación de convertirse en accionista por decisión, como hemos señalado, del emisor. En resumen, sin dar opción al tenedor.
Para terminar, veamos un caso práctico, a modo de ejemplo, de cómo sería el funcionamiento de una operación en la que el activo en cuestión es un bono convertible:
Imaginemos que hoy (T0) adquirimos un bono convertible clásico, con un nominal de 1000€.
A su vez, el vencimiento es en un año, mientras que el cupón es de 50€.
Asimismo, este bono cuenta con la opción de canjearlo en 100 acciones en el año 1 (T1).
Las condiciones del cambio, en este ejemplo, es que el cambio se realizará al precio al que se encuentra la cotización en el presente (T0), que es de 10€ por acción.
Cuando llegue el vencimiento, podemos encontrarnos con distintos escenarios, en los que debemos actuar de una manera u otra.
En este sentido, nos referimos a que todo depende del precio al que cotice la acción, como vemos a continuación:
Si la cotización es superior a 10€: En este caso nos interesaría canjearlo. Con la inversión de un nominal de 1000€, y un valor de mercado superior a 10€, podríamos adquirir acciones con valor de mercado que supere el nominal, las cuales podríamos vender en el mercado posteriormente, obteniendo así un beneficio extra.
Si la cotización es menor que 10€: En este caso no nos interesaría canjearlo, pues el valor de mercado de las acciones sería inferior al nominal desembolsado, por lo que nos interesa quedarnos con el nominal.
Si la cotización es igual a 10€: En este caso daría igual canjearlo, aunque debemos saber los riesgos de esto que, a continuación, describimos.
Riesgos de canjear un bono convertible
Cuando canjeamos un bono por acciones, realmente estamos aumentando el número de acciones en circulación, es decir, aumentando la oferta.
Teniendo en cuenta que el precio de mercado de las acciones depende de la demanda y la oferta, lo lógico sería pensar que el precio de la acción baje después de canjearlo.
Por ese motivo, los expertos recomiendan no canjearlo cuando el precio de cotización es igual al precio pactado (en nuestro ejemplo, de 10€).
Por otro lado, aunque en teoría es así, en la práctica es difícil que el precio de una acción baje significativamente por un aumento de 10 o 100 acciones en circulación, debido a que suponen poco peso sobre el total de acciones que se encuentran en circulación.