Un punto básico, comúnmente conocido como "punto base" o "basis point" en inglés, es una unidad de medida utilizada en los mercados financieros para expresar cambios o diferencias en porcentajes o tasas de interés.
El punto básico, que en el mundillo de las finanzas y la
economía también se suele llamar "pip", es una unidad de medida que se utiliza para expresar cambios en el valor de las
tasas de interés, los
tipos de cambio y otros valores financieros. Su nombre puede parecer un poco misterioso, pero en realidad, el concepto es bastante sencillo.
Podríamos decir que el punto básico es como el céntimo de las finanzas, es decir, la fracción más pequeña en que podemos descomponer un porcentaje. Así como un euro se divide en 100 céntimos, un 1% se divide en 100 puntos básicos. Por lo tanto, un punto básico es equivalente a la milésima parte de un porcentaje, o 0,01%.
Esta minúscula unidad de medida es increíblemente útil en el mundo de las finanzas, porque a menudo estamos tratando con diferencias de valor muy pequeñas. Por ejemplo, un cambio en la tasa de interés de un
préstamo del 4,5% al 4,55% puede parecer insignificante, pero si estamos hablando de un préstamo de varios millones de euros, esos cinco puntos básicos pueden suponer una gran cantidad de
dinero.
Del mismo modo, los
inversores en
divisas también suelen medir los cambios en el valor de los tipos de cambio en puntos básicos. Si el valor del
euro frente al
dólar pasa de 1,18 a 1,185, eso representa un cambio de 50 puntos básicos. En el contexto de la negociación de divisas, donde se suelen negociar grandes cantidades, estos pequeños cambios pueden tener un gran impacto.
Por tanto, aunque el concepto de punto básico pueda parecer un poco abstracto, hablamos de un concepto fundamental en el mundo de las finanzas. Nos ayuda a hablar de porcentajes y tasas de interés de una manera más precisa y profesional.
El punto básico en el mundo de las finanzas
En el mundo de las finanzas, el punto básico se utiliza en una multitud de contextos y su papel es esencial. Es un actor clave en la comunicación precisa de pequeños cambios en los valores financieros que, aunque parezcan mínimos, pueden tener efectos significativos en las inversiones y en la economía.
Uno de los usos más comunes del punto básico es en el terreno de los tipos de interés. Las entidades financieras, como los bancos centrales, utilizan puntos básicos para expresar cambios en las tasas de interés. Por ejemplo, si el Banco Central Europeo decide aumentar la tasa de interés en 25 puntos básicos, esto significa que la tasa ha aumentado en 0,25%. Estos cambios suelen tener un gran impacto en la economía, influyendo en los costes de los préstamos y las hipotecas, así como en los rendimientos de los ahorros y las inversiones.
También se utilizan puntos básicos para medir la rentabilidad de las inversiones. Cuando los gestores de fondos de inversión hablan de los rendimientos de sus fondos, suelen hacerlo en términos de puntos básicos. Esto permite una comunicación más precisa y clara de los rendimientos, lo que es esencial para los inversores al tomar decisiones informadas.
Otra área donde se utilizan puntos básicos es en el comercio de divisas o Forex. Los operadores de Forex miden las fluctuaciones en los tipos de cambio en términos de puntos básicos. Por ejemplo, si el valor del euro frente al dólar aumenta en 50 puntos básicos, esto significa que ha aumentado en 0,5 centavos.
Finalmente, los puntos básicos también se utilizan en la fijación de comisiones en la gestión de fondos. Por ejemplo, si un fondo cobra una comisión de gestión del 1%, esto se expresaría como 100 puntos básicos.
Ejemplo de punto básico
Para terminar de entender este importante concepto, puede resultarnos útil zambullirnos en algunos ejemplos prácticos que nos permitan afianzar lo aprendido.
Supongamos que tienes una hipoteca con un interés variable que está ligado a un índice de referencia, como el Euribor. Si el banco te informa que el Euribor ha aumentado en 20 puntos básicos, eso significa que tu tasa de interés ha aumentado en 0,2%. Quizás parezca un cambio pequeño, pero dependiendo de la cantidad de tu préstamo, este incremento puede traducirse en un aumento considerable en la cantidad de dinero que debes pagar.
Otro ejemplo lo podemos encontrar en el mundo de la inversión. Imagina que tienes acciones en una empresa y te enteras de que el rendimiento del dividendo ha aumentado en 15 puntos básicos. En términos prácticos, esto significa que por cada 100 euros que tengas invertidos en acciones de esa empresa, ahora recibirás 15 céntimos más en concepto de dividendos.
Por último, supón que eres un inversor y te fijas en un fondo de inversión que cobra una comisión de gestión de 75 puntos básicos. Eso significa que, por cada 100 euros que inviertas en ese fondo, deberás pagar 75 céntimos en concepto de comisiones. De nuevo, puede parecer una cantidad pequeña, pero si tienes una gran cantidad de dinero invertido, las comisiones pueden sumar una cantidad considerable.
Estos ejemplos demuestran que, aunque un punto básico es una cantidad muy pequeña, puede tener un impacto significativo en la economía y en nuestras finanzas personales. Así que la próxima vez que escuches hablar de puntos básicos, ya sabrás de qué va el asunto.