Una depresión económica es una caída prolongada y profunda en la actividad económica de un país o región. Se caracteriza por una disminución significativa en el PIB, el empleo y la producción, y puede durar varios años. Es más grave y prolongada que una recesión económica.
Una depresión económica es un período prolongado de contracción económica en el que la actividad económica de un país disminuye drásticamente, el desempleo aumenta significativamente, y los precios de los bienes y servicios disminuyen. En una depresión económica, los niveles de producción, inversión y consumo disminuyen dramáticamente, lo que lleva a una disminución de la demanda y la creación de empleo.
Las depresiones económicas son diferentes de las recesiones económicas en que son mucho más graves y prolongadas. Una recesión económica generalmente se define como una disminución en el crecimiento económico durante dos trimestres consecutivos, mientras que una depresión económica puede durar varios años y tener un impacto mucho más profundo en la economía y en la vida de las personas.
Algunas de las causas comunes de las depresiones económicas incluyen una disminución de la demanda, una falta de inversión empresarial, una crisis financiera, una disminución de la confianza del consumidor, y problemas estructurales en la economía. Las políticas gubernamentales, como la política fiscal y monetaria, a menudo se utilizan para tratar de sacar a una economía de una depresión.
En resumen, hablamos de un periodo de tiempo en el que la activad económica sufre una importante caída, siendo esta más profunda y extendida en el tiempo que una recesión.
Diferencia entre depresión económica y recesión económica
Además de lo anterior, es preciso profundizar y conocer las diferencias que encontramos entre lo que sería una depresión económica y lo que los economistas llaman recesión económica.
Dicho lo anterior, una depresión económica es una caída grave y prolongada en la actividad económica, que puede durar varios años, mientras que una recesión económica es una disminución temporal en la actividad económica, que generalmente se define como dos trimestres consecutivos de disminución en el crecimiento económico.
En una depresión económica, la producción, el empleo y la inversión disminuyen significativamente, lo que lleva a una disminución en el gasto y la demanda de los consumidores. Por lo general, las depresiones económicas se caracterizan por una alta tasa de desempleo, una disminución en el valor de los activos y una caída en los precios de los bienes y servicios.
Por otro lado, en una recesión económica, la disminución en la actividad económica es más moderada y no dura tanto tiempo como una depresión. Sin embargo, las recesiones económicas también pueden tener un impacto significativo en el empleo y la producción, y pueden resultar en un aumento en la tasa de desempleo y una disminución en la demanda de bienes y servicios.
Por lo tanto, la principal diferencia entre una depresión y una recesión económica es la gravedad y la duración de la caída en la actividad económica.
¿Cómo sabemos si un país sufre una depresión económica?
Identificar una depresión económica puede ser tan fácil cómo difícil. Sin embargo, hay varios indicadores económicos que se pueden utilizar para determinar si un país está experimentando una depresión económica.
Entre los más habituales, encontramos los siguientes:
El PIB: Una depresión económica generalmente se define como una disminución prolongada en el PIB de un país, lo que significa que la producción económica ha disminuido significativamente durante un período prolongado de tiempo.
La tasa de desempleo: Una depresión económica se caracteriza por un aumento significativo en la tasa de desempleo, lo que significa que un gran número de personas en la fuerza laboral del país han perdido sus empleos y no pueden encontrar trabajo.
La inflación: En una depresión económica, la inflación tiende a disminuir debido a la disminución de la demanda de bienes y servicios, lo que puede resultar en una disminución en los precios.
El gasto del consumidor: En una depresión económica, el gasto del consumidor tiende a disminuir significativamente, lo que significa que los consumidores están gastando menos en bienes y servicios.
El sector financiero: En una depresión económica, el sector financiero a menudo sufre una crisis, lo que puede incluir una caída en el valor de los activos financieros y una disminución en la confianza de los inversores.
En resumen, si se observa una disminución prolongada en el PIB, un aumento significativo en la tasa de desempleo, una disminución en la inflación, una disminución en el gasto del consumidor y una crisis financiera, puede ser indicativo de que un país está sufriendo una depresión económica.
No obstante, debemos ser conscientes de que hablamos de un fenómeno que encuentra similitudes con otros, por lo que debemos ser muy cautos a la hora de emitir una valoración definitiva.
El ciclo económico y la depresión económica
Como podemos apreciar en el artículo en el que definimos los ciclos económicos, la depresión económica es una fase del ciclo económico, que se refiere a las fluctuaciones recurrentes que sufre la actividad económica de un país. El ciclo económico, como sabemos, consta de cinco fases, y entre estas encontramos la depresión económica.
El ciclo económico
Durante la fase de expansión económica, la economía crece y se expande, lo que generalmente se caracteriza por una creciente producción, empleo y gasto del consumidor. El auge es el punto más alto del ciclo económico, donde la economía está en su máxima actividad y la demanda de bienes y servicios es alta.
Sin embargo, a medida que la economía se acerca al auge, la demanda comienza a disminuir, lo que puede llevar a una recesión económica. Durante una recesión, la economía se contrae y la producción, el empleo y el gasto del consumidor disminuyen.
Si la recesión económica dura más tiempo y es más profunda, puede evolucionar hacia una depresión económica. En una depresión, la economía se contrae de manera significativa y prolongada, y la producción, el empleo y el gasto del consumidor disminuyen de manera significativa.
Con todo, es importante señalar que podemos vivir ciclos económicos en los que no se den ciertas fases.
Ejemplo de depresión económica: La Gran Depresión de 1929
Para terminar de entender el concepto, veamos un ejemplo real de depresión económica.
La Gran Depresión de 1929 fue una de las peores depresiones económicas de la historia mundial. Comenzó en los Estados Unidos en octubre de 1929 y se extendió rápidamente a otros países, durando hasta la década de 1930.
Las causas de la Gran Depresión fueron complejas y multifacéticas. En los años previos a la crisis, hubo un aumento significativo en la producción y el consumo de bienes duraderos, como automóviles y electrodomésticos, que se financiaron con créditos. Sin embargo, a medida que la economía se acercaba al auge, la demanda comenzó a disminuir y los precios cayeron.
El 24 de octubre de 1929, conocido como el "Jueves Negro", se produjo una venta masiva de acciones en la Bolsa de Nueva York, lo que provocó el colapso del mercado de valores y la pérdida de riqueza de muchos inversores. A partir de ahí, la crisis se extendió rápidamente a otros sectores de la economía, y la producción, el empleo y el gasto del consumidor disminuyeron drásticamente.
Las consecuencias de la Gran Depresión fueron desastrosas. Millones de personas perdieron sus empleos, muchos negocios y bancos quebraron, y la economía global se contrajo. La crisis duró casi una década y solo comenzó a mejorar después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se implementaron políticas fiscales y monetarias para estimular la economía. La Gran Depresión sirvió como un importante ejemplo de cómo una depresión económica puede tener efectos duraderos y negativos en la economía y en la vida de las personas.
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