A diario vemos como influyen las decisiones de la OPEP y los movimientos en los precios del petróleo en la economía mundial y por consiguiente en la Bolsa, pero ¿qué es la OPEP?, ¿qué países la componen?, ¿qué repercusión ha tenido en la historia reciente?... A continuación paso a exponer aspectos claves a la hora de entender la realidad económica que nos rodea.
La OPEP fue fundada en el marco de una Conferencia en Bagdad el 14 de septiembre de 1960 por cinco países exportadores: (Irán, Irak, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela). Los motivos que movieron a estos países a “asociarse” fue el continuo enfrentamiento de fuerzas entre los productores y las multinacionales petroleras.
El canon petrolero era determinado con base a los precios de referencia que eran fijos, precio fijado en función de su transformación en calor, referencia para el pago de los cánones o impuestos por parte de las compañías a los países productores, por lo que los productores aumentaban el número de concesiones de explotación para aumentar sus ganancias, esto producía una sobreoferta en el mercado y consecuentemente una depresión en los precios. Por su parte, para aumentar los beneficios, las multinacionales llevaron a cabo a finales de los años 50 una manipulación bajando los precios de referencia, con lo que además de obtener un mayor margen de beneficio, también conseguían evitar el ingreso de nuevas compañías y reducir la competitividad del petróleo de otras regiones, sobretodo de la Unión Soviética. El propósito inicial de la OPEP fue “luchar” contra esta bajada de los precios de referencia por parte de las compañías petroleras.
A los cinco países fundadores se le fueron añadiendo Qatar en 1961, Indonesia y Libia en 1962, Emiratos Árabes Unidos en 1967, Argelia en 1969, Nigeria en 1971, Ecuador en 1973 y Gabón en 1974. Posteriormente se retiraron estos dos últimos países en 1992 y 1994 respectivamente, por lo que actualmente la OPEP está compuesta por 11 miembros. México, Rusia y Noruega se han situado entorno a las decisiones de la OPEP pero sin llegar a ser miembros.
De los países miembros se hace una diferenciación entre los llamados “halcones” con una elevada población o sin otra fuente de riqueza como es el caso de Irán y Nigeria, o reservas de petróleo relativamente pequeñas como Libia y Argelia, cuyas políticas son de restricción en la producción y precios altos. Por otro lado están los llamados “palomas”, países con elevadas reservas y poblaciones reducidas como Arabia Saudita y Kuwait y que abogan por precios más bajos para que no se acelere el cambio tecnológico de occidente hacia energías alternativas o proliferen nuevos yacimientos, motivos que pondrían en peligro su hegemonía energética. Estados Unidos en sus negociaciones siempre ha estado más cercano a estos últimos países.
En 1973 se produjo la primera crisis del petróleo. Los países productores veían como debido a movimientos inflacionarios de los precios sus beneficios se reducían, por lo que condujo a los miembros de la OPEP, encabezados por Argelia, a aumentar el precio de referencia del barril un 30% sin conseguir el consenso con las compañías petroleras. A estos acontecimientos hay que añadir el aumento del precio por el embargo petrolero al que sometieron las naciones árabes a los Estados Unidos y los Países Bajos, por su apoyo a Israel en la guerra del Yom Kippur, en la que Siria y Egipto intentaron recuperar los territorios conquistados por Israel en la Guerra de los Seis Días en 1967 (Altos del Golán, Cisjordania, la franja de Gaza, y la península del Sinaí). Todo esto, unido a nuevas subidas en el precio de referencia, produjo que el precio del petróleo se incrementara en más de un 350% del que cotizaba un año antes, desde 2,5 dólares por barril en enero de 1973, hasta los 11,5 en 1974 (ver punto 1 del gráfico adjunto)
Entre 1978 y 1979 se produjo una nueva crisis petrolera, esta vez inducida por la revolución en Irán que acabó con el régimen del Sha Mohamed Reza Pahlevi y la posterior guerra Iran-Irak que supuso una reducción en la producción mundial del 8% de la demanda total. Esta crisis en la producción elevó el precio del petróleo a 35$ en 1979 y a cerca de los 40$ en 1981(ver punto 2 del gráfico adjunto). La subida en los tipos de interés de los países occidentales para combatir el aumento de la inflación, acarreó una crisis de deuda externa que se arrastro por toda la década de los 80.
El aumento de los países exportadores ajenos a la OPEP, la reducción de la demanda por la crisis en occidente y el aumento en la producción de Arabia Saudita, decisión que tomó sin el beneplácito de la OPEP con la intención de recuperar cuota de mercado perdida, llevó al precio del crudo entorno a 10$ en 1986 (ver punto 3 del gráfico adjunto).
La siguiente subida del petróleo fue como consecuencia de la invasión de Kuwait por Irak y el consiguiente acopio de reservas por los países industriales por el temor de nuevos recortes en la producción. Este aumento en los precios no se mantuvo durante un tiempo prolongado, debido a que Arabia Saudita enseguida cubrió el “vacío” de producción de Irak sancionada por las Naciones Unidas con la prohibición de exportar petróleo(ver punto 4 del gráfico adjunto). Otros motivos que produjeron el rápido descenso del petróleo a precios del periodo anterior a la “I Guerra del Golfo” fueron, la utilización de las reservas acumuladas por los países industriales y los progresos en ahorro energético.
En 1998 se produjo la segunda gran caída en el precio del petróleo después de que la OPEP adoptase en Noviembre de 1997, en la Conferencia de Yakarta, la decisión de aumentar su límite de producción. Esta medida fue gravemente errónea ya que no tuvo en cuenta la situación macroeconómica que caracterizaba a este periodo de tiempo: el sudeste asiático estaba inmerso en una grave crisis por una reducción en las exportaciones (competencia china y crisis japonesa) lo que redujo el crecimiento económico de la zona y por consiguiente la demanda de petróleo. Por otro lado también hay que unir a este suceso, el levantamiento de sanciones a Irak con lo que podía aumentar el petróleo exportado y circunstancias medioambientales que redujeron la demanda. La sobreoferta a la que ayudó la decisión de la OPEP, hizo incrementar de manera extraordinaria el nivel de inventarios, nivel de Stocks que mantiene los países industriales para garantizar el suministro ante eventuales problemas de abastecimiento y que mantiene una relación inversa con el precio del petróleo. Bajo este contexto y cúmulo de acontecimientos, el precio del petróleo se redujo a cerca de los 10$ por barril (ver punto 5 del gráfico adjunto), esta fue la mayor crisis que soportaron los países miembros de la OPEP y desde entonces vigilan “muy de cerca” el nivel de inventarios.
Hicieron falta tres recortes en la producción de la OPEP en colaboración con otros países productores independientes como Rusia, México y Omán, que secundaron la propuesta de reducción (ver punto 6 del gráfico adjunto), para que en 1999 el precio reaccionase al alza. De tal modo que al año siguiente la preocupación era la contraria, ya que el barril cotizaba a más de 30 dólares.
Ante las peticiones por parte de los países industrializados para que se aumentase la producción y de este modo hacer bajar los precios, los miembros de la OPEP accedieron “a regañadientes” y con tensiones internas, por la diferencias de políticas de extracción entre “halcones y palomas”, a aumentar la producción, haciendo esto hasta en tres ocasiones sin ningún efecto. Los motivos que alegaban para justificar la negativa al aumento de producción eran que, consideraban equilibrada la balanza entre producción y consumo y que cualquier aumento estaría encaminado a abastecer los inventarios, magnitud que tienen extremadamente en cuenta desde la gran caída de precios de 1998, defendían que la mayor parte de la subida del precio de los carburantes era causa de los elevados impuestos que le son cargados, en este sentido los países industrializados decían que de producirse una bajada en los mismos, este diferencial iría directamente a enriquecer más a los países productores por el posible aumento de los precios hasta los niveles anteriores a la reducción impositiva, otro de los motivos que exponía la OPEP era que parte de los países exportadores de petróleo trabajaban ya al máximo de su capacidad, este es el motivo más coherente ya que, debido a la falta de inversión en la mejora de las instalaciones de algunos de los miembros como era el caso de Irán, al no poder extraer más cantidad su parte de aumento la tendría que asumir otro de los miembros perdiendo peso en la organización.
Estados Unidos tomó como medida de presión la puesta en mercado de parte de las reservas estratégicas. Esta medida tampoco resultó efectiva ya que contribuyó a crear una mayor tensión en las negociaciones al declarar la OPEP su intención de bajar la producción si la decisión de Estados Unidos hacía descender mucho los precios. Tampoco sirvió de nada la cuarta y última subida en la producción y parece que fue más bien la suave meteorología del invierno del año 2000-2001 lo que inició un lento retroceso en los precios. (ver punto 7 del gráfico adjunto).
Desde los atentados de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001 y los consiguientes conflictos mundiales, con una mayor importancia de la “II Guerra del golfo” por lo que a la producción de Irak se refiere, el ascenso en el precio del petróleo ha experimentado pequeños retrocesos y una continua superación en los máximos históricos (ver punto 8 del gráfico adjunto). Los motivos causantes de esta continua subida en el precio y que aún experimentamos, han sido básicamente de problemas en la oferta, que como ya hemos dicho hacen reducirse los inventarios, magnitud esencial para el análisis del precio del barril de crudo, destacando:
A estos acontecimientos que inciden de manera clara en el nivel de inventarios, hay que añadir dos aspectos que retrasan la reducción del precio cuando alguno de los motivos vistos u otros que se vayan produciendo se solucionan, que son la percepción de riesgo e incertidumbre social ante un acontecimiento sucedido que retrasa “el regreso” a la situación de normalidad después de su resolución y por otro lado el mercado de futuros que mediante la especulación hace incrementar los precios de manera injustificada sobrevalorando un activo, en este caso el petróleo, hasta que se produce un descenso brusco en los precios que fuerza a los especuladores a deshacer posiciones incrementando los descensos hasta “equiparar” el precio con el valor real.
Por Juan Pablo García Valadés