La pobreza es aquella situación que padecen las personas cuando sufren una privación severa de necesidades humanas básicas.
La pobreza es, atendiendo a la definición que hace la ONU, la situación que padece aquella persona que presenta una privación severa de necesidades humanas básicas. En otras palabras, aquella situación que sufre una persona, una familia o una comunidad cuando no cuenta con los recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas; como podrían ser la alimentación, la vivienda, la salud, la educación y la vestimenta, entre otras.
Dicho de otra manera, la pobreza se da cuando una persona, una familia o un grupo de personas no tiene suficiente
dinero como para tener o adquirir aquellas cosas que necesita para vivir. Por ejemplo, cuando no se tiene suficiente dinero para comprar comida o para tener una casa donde vivir, decimos que esa persona es pobre, o que sufre la pobreza. También puede significar que no tiene suficiente dinero para ir al médico, o para comprar ropa para vestirse.
La pobreza puede ser el resultado de diversos factores, como la falta de
empleo, la
desigualdad económica, el bajo nivel de
ingresos, la discriminación, la exclusión social, la falta de acceso a servicios básicos o la falta de oportunidades. De la misma manera, también es importante señalar que la pobreza no solo afecta a las personas en términos económicos, sino también en su bienestar físico y emocional, ya que puede conducir a la malnutrición, la enfermedad, la falta de vivienda y la falta de acceso a la educación y al empleo.
La pobreza puede ser medida de diversas formas. Por lo habitual, la medimos en términos de ingresos, acceso a servicios básicos, nutrición y salud. Además, podemos medir la pobreza mediante el análisis de los ingresos y los
gastos de una persona o familia, midiendo su acceso a esas necesidades. O, por otro lado, también podemos medirla comparando esos ingresos con los ingresos de la población, o con un umbral de pobreza establecido para un determinado país o región.
Por último, es importante señalar que la pobreza es un problema global que afecta a millones de personas en todo el mundo. Por esta razón, hablamos de un desafío para los Gobiernos y la sociedad en su conjunto. La lucha contra la pobreza es una de las principales prioridades de la agenda de desarrollo internacional, siendo su objetivo lograr un mundo más justo y equitativo.
¿Cuándo consideramos pobre a una persona?
Como hemos señalado anteriormente, existen diferentes formas de medir la pobreza. Además, cada país o región puede tener sus propios criterios y umbrales de pobreza establecidos. Sin embargo, por lo habitual decimos que una persona es pobre cuando esta no tiene los recursos suficientes para cubrir sus necesidades básicas; siendo estas la alimentación, la vivienda, la salud, la educación o la vestimenta, entre otras.
Una forma muy común de medir la pobreza es a través del ingreso o el gasto de una persona o familia. Por ejemplo, si esa persona o esa familia no tiene suficiente dinero para comprar alimentos básicos o pagar el alquiler de una vivienda, se puede considerar que están en situación de pobreza.
Otras formas de medir la pobreza pueden incluir el acceso a servicios básicos como el agua potable, la electricidad, la salud o la educación, entre otros. Si una persona no tiene acceso a estos servicios, también se puede considerar que está en situación de pobreza.
En este sentido, es importante tener en cuenta que, como señalamos, la pobreza no solo se refiere a la falta de recursos económicos, pues también se contemplan situaciones en las que la exclusión social o la falta de oportunidades impiden a esa persona mejorar su calidad de vida y, por ende, tener una vida digna.
¿Cómo se mide la pobreza?
Es importante señalar, como hemos hecho anteriormente, que la pobreza podemos medirla de diversas maneras. Además, la medición de la pobreza puede variar dependiendo del país o de la región que se trate. No obstante, hemos de señalar que, por lo habitual, existen algunas formas comunes de medir la pobreza.
Entre las formas de medir la pobreza más utilizadas destacan las siguientes:
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Línea de pobreza o umbral de pobreza: Esta es una medida muy común y se refiere a un ingreso o gasto mínimo necesario para cubrir las necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda, la salud, la educación y la vestimenta. Si el ingreso o gasto de una persona o familia está por debajo de esta línea, se considera que están en situación de pobreza. El umbral de pobreza puede variar según el país o región, y se actualiza regularmente para reflejar los cambios en el coste de vida.
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Índice de pobreza multidimensional: Es un estándar adoptado por Naciones Unidas que se ha impuesto a nivel internacional, el cual lo utilizan más de 100 países en sus estadísticas oficiales. Este índice mide la pobreza considerando múltiples dimensiones, como el acceso a servicios básicos, la salud, la educación y el trabajo, entre otros. Esta medida se utiliza para tener una visión más completa de la pobreza, y no solo basada en el ingreso.
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Índice de Gini: Este índice mide la desigualdad de ingresos en una sociedad. Si la desigualdad es alta, se puede inferir que hay una gran cantidad de personas que no tienen acceso a los recursos necesarios para vivir adecuadamente.
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Índice de desarrollo humano (por sus siglas, IDH): Este índice mide el progreso humano en términos de esperanza de vida, educación y nivel de ingresos. A través de este índice se puede tener una idea general del nivel de desarrollo de un país o región, y se puede inferir la presencia o ausencia de pobreza.
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Índice de pobreza humana (IPH): El Índice de Pobreza Humana (IPH) es una medida de pobreza que fue desarrollada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año 1997. A diferencia de otros índices que se centran en el ingreso o la falta de acceso a necesidades básicas, el IPH se enfoca en tres dimensiones del bienestar humano: la vida prolongada y saludable, el conocimiento y el nivel de vida digno.
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Brecha de pobreza: La brecha de pobreza se refiere a la diferencia entre el ingreso medio de la población en situación de pobreza y el umbral de pobreza establecido. En otras palabras, la brecha de pobreza mide cuánto más tendría que ganar una persona en situación de pobreza para superar la línea de pobreza y dejar de ser considerada como tal.
Es importante tener en cuenta que la medición de la pobreza puede ser compleja, ya que no solo se trata de considerar el ingreso o el gasto, sino también la exclusión social y la falta de oportunidades para mejorar la calidad de vida. Por esta misma razón, se utilizan diferentes formas de medición, pues el objetivo es tener una visión más completa y objetiva de este fenómeno.
Tipos de pobreza
Dependiendo de la medición, la técnica y las variables que tenemos en cuenta a la hora de medirla, podemos clasificar la pobreza atendiendo a los diferentes tipos de pobreza que existen.
Entre los tipos de pobreza más habituales, podemos destacar los que se muestran a continuación:
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Pobreza absoluta: Se refiere a la carencia de las necesidades básicas para la supervivencia humana, como la alimentación, el agua potable, la vivienda adecuada, la educación y la atención médica.
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Pobreza relativa: Se refiere a la falta de recursos económicos y sociales en comparación con el resto de la sociedad en la que se vive. En este caso, una persona puede tener acceso a las necesidades básicas, pero no tiene los recursos suficientes para participar plenamente en la sociedad o para alcanzar un nivel de vida considerado adecuado.
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Pobreza multidimensional: Se refiere a la falta de acceso a múltiples dimensiones de la vida, como la educación, la salud, la vivienda, el empleo, la seguridad y la participación social. Esta forma de pobreza reconoce que las personas pueden estar privadas de múltiples necesidades básicas, lo que puede tener efectos acumulativos y sinérgicos.
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Pobreza rural: Se refiere a la situación de pobreza que se concentra en áreas rurales, donde la falta de acceso a los servicios básicos, las oportunidades económicas limitadas y la falta de infraestructura son más agudas que en las áreas urbanas.
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Pobreza urbana: Se refiere a la situación de pobreza que se concentra en áreas urbanas, donde las desigualdades económicas y sociales pueden ser más pronunciadas que en las zonas rurales, y donde las personas pueden enfrentar desafíos específicos, como la falta de vivienda, el desempleo y la exclusión social.
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Pobreza extrema: Es una forma de pobreza muy grave, en la que las personas no cuentan con los recursos mínimos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda y la salud. En la pobreza extrema, las personas viven en condiciones de extrema precariedad e indigencia, sin acceso a recursos básicos como agua potable o saneamiento, y en situaciones de riesgo para su vida y su integridad.
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Pobreza infantil: Se refiere a la situación de los niños y niñas que viven en hogares pobres o en situación de pobreza. La pobreza infantil puede tener graves consecuencias en el desarrollo físico, emocional y cognitivo de los niños, y puede afectar su educación, su salud y su bienestar a largo plazo.
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Pobreza material: Se refiere a la falta de recursos económicos para cubrir las necesidades básicas de una persona o una familia. La pobreza material puede manifestarse de diferentes maneras, como la falta de acceso a una vivienda digna, la incapacidad para adquirir alimentos nutritivos, la falta de acceso a servicios de salud y educación, entre otros.
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Pobreza estructural: Es una forma de pobreza que se deriva de las condiciones socioeconómicas y políticas de una sociedad o de una región determinada. La pobreza estructural puede estar relacionada con la falta de oportunidades laborales, la desigualdad económica, la exclusión social, la discriminación y la falta de acceso a servicios básicos.
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Pobreza social: Es una forma de pobreza que se refiere a la exclusión social y a la falta de participación en la vida comunitaria. La pobreza social puede estar relacionada con la marginación de ciertos grupos sociales, la discriminación, la falta de acceso a recursos y oportunidades, y la ausencia de una red de apoyo social.
Como podemos apreciar, hablamos de diferentes tipos de pobreza, pero todos se caracterizan por reflejar una situación de malestar, en la que una persona, familia o comunidad no cuenta con recursos para satisfacer sus necesidades.
Causas de la pobreza
¿Por qué hay pobreza en el mundo? Probablemente te hayas hecho esta pregunta alguna vez en tu vida. Sin embargo, es preciso señalar que no hablamos de un fenómeno unicausal, es decir, que viene causado por una única causa. En este sentido, existen numerosas causas que pueden motivar la existencia de pobreza.
Entre las causas más habituales conviene destacar las siguientes:
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Falta de empleo o trabajo mal remunerado: La falta de empleo o la baja remuneración son una de las principales causas de la pobreza, ya que las personas no tienen suficientes ingresos para cubrir sus necesidades básicas.
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Falta de acceso a la educación: La falta de acceso a la educación también puede ser un factor contribuyente a la pobreza, ya que las personas pueden tener menos oportunidades para obtener empleos bien remunerados.
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Enfermedad y mala salud: Las enfermedades y la mala salud pueden dificultar que las personas trabajen y obtengan ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades.
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Discriminación: La discriminación basada en la raza, género, orientación sexual, religión u otros factores también puede contribuir a la pobreza al limitar las oportunidades de empleo y educación.
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Corrupción: La corrupción es una de las causas de la pobreza en muchos países. La corrupción se refiere al abuso del poder público para obtener beneficios personales a expensas del bienestar público. En este sentido, los recursos que deberían ser destinados al desarrollo económico, social y a la reducción de la pobreza son desviados hacia los bolsillos de los individuos corruptos. La corrupción también puede llevar a políticas públicas ineficaces e inequitativas, que perpetúan la pobreza y la desigualdad.
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Desigualdad económica: La desigualdad económica y la concentración de la riqueza en manos de unos pocos también pueden contribuir a la pobreza al limitar el acceso a recursos y oportunidades.
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Desastres naturales: Los desastres naturales pueden destruir la infraestructura, afectar la economía local y forzar a las personas a abandonar sus hogares, lo que puede conducir a la pobreza.
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Conflictos armados: Los conflictos armados pueden desplazar a las personas de sus hogares, destruir la infraestructura básica y afectar la economía local, lo que puede generar una mayor pobreza en las zonas afectadas.
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Falta de acceso a servicios básicos: La falta de acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento, electricidad y transporte también puede contribuir a la pobreza al limitar las oportunidades económicas y la calidad de vida.
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Cambio climático: El cambio climático puede afectar a la producción de alimentos, la seguridad alimentaria y la disponibilidad de agua, lo que puede afectar especialmente a las personas más pobres y vulnerables.
En resumen, estas son algunas de las causas más habituales de la pobreza. No obstante, como hemos señalado al inicio, existen muchas más causas que pueden motivar la existencia de la pobreza.
Consecuencias de la pobreza
Dichas las causas que motivan la existencia de pobreza, llega la hora de mostrar aquellas consecuencias que se derivan de la existencia de esta.
Por lo tanto, algunas de las consecuencias de la pobreza son las siguientes:
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Falta de acceso a servicios básicos: Las personas en situación de pobreza a menudo no tienen acceso a servicios básicos, como atención médica adecuada, agua potable, saneamiento, vivienda digna y educación de calidad.
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Desnutrición y enfermedades: La falta de recursos económicos también puede conducir a la desnutrición y enfermedades. Las personas en situación de pobreza a menudo no pueden permitirse comer alimentos saludables o recibir atención médica para prevenir o tratar enfermedades.
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Dificultades educativas: La pobreza también puede limitar el acceso a una educación de calidad, lo que a su vez puede limitar las oportunidades de empleo y el desarrollo económico.
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Desigualdad económica y social: La pobreza a menudo se correlaciona con la desigualdad económica y social, lo que puede perpetuar un ciclo de pobreza intergeneracional.
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Inseguridad y violencia: Las personas en situación de pobreza a menudo enfrentan situaciones de inseguridad y violencia en sus comunidades, lo que puede aumentar la vulnerabilidad a la explotación y el abuso.
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Marginalización social: La pobreza puede marginar a las personas socialmente y limitar su capacidad para participar plenamente en la vida económica, política y social.
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Mortalidad: La pobreza puede llevar a la muerte prematura de las personas debido a la falta de acceso a alimentos adecuados, atención médica, saneamiento básico y otros servicios esenciales.
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Escaso desarrollo: Las personas que viven en la pobreza a menudo tienen acceso limitado a recursos y oportunidades, lo que puede dificultar su capacidad para desarrollarse tanto personal como profesionalmente.
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Desequilibrios mentales: La pobreza puede generar altos niveles de estrés y ansiedad en las personas, lo que puede llevar a problemas de salud mental como la depresión, el aislamiento social y otros trastornos emocionales.
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Esclavitud: La pobreza también puede contribuir a la trata de personas, el trabajo forzoso y la explotación laboral, lo que resulta en una situación de esclavitud moderna.
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Organizaciones mafiosas: En algunas áreas de pobreza extrema, pueden surgir organizaciones mafiosas que controlan los recursos y las oportunidades, lo que resulta en una mayor inseguridad, violencia y corrupción.
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Poco desarrollo humano: La pobreza limita el acceso a la educación, la salud, la vivienda y otros servicios esenciales, lo que puede dificultar la capacidad de las personas para desarrollarse plenamente y alcanzar su máximo potencial como seres humanos.
Todas estas, entre muchas otras, son algunas de las consecuencias que se derivan de la existencia de pobreza. Con todo, en todos los casos hablamos de situaciones negativas que afectan a la vida de las personas.
¿Cómo se soluciona o se combate la pobreza?
Por último, no podemos terminar este artículo sin antes destinar un apartado a las distintas soluciones que pueden ayudar a combatir o paliar la pobreza en el mundo. Y probablemente sea una de las preguntas más repetidas en el mundo, pero hemos de señalar que hablamos de una pregunta compleja y difícil de responder.
Dicho lo anterior, podemos combatir la pobreza de numerosas formas, pero todas ellas requieren de una acción coordinada y sostenida por parte de múltiples actores, incluyendo Gobiernos, organizaciones no gubernamentales, empresas y la sociedad civil, en general.
A continuación, se mencionan algunas estrategias que se han utilizado para combatir la pobreza a lo largo del tiempo:
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Generación de empleo: La creación de empleo es fundamental para combatir la pobreza, ya que permite a las personas tener un ingreso estable y suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
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Políticas de redistribución: Los Gobiernos pueden implementar políticas públicas para redistribuir la riqueza, como programas de transferencia de ingresos, impuestos progresivos y programas de vivienda social.
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Acceso a servicios básicos: Es importante que las personas tengan acceso a servicios básicos como la salud, la educación, el agua potable y la vivienda, ya que estos servicios son esenciales para mejorar su calidad de vida y salir de la pobreza.
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Construcción de infraestructuras: Construcción de las infraestructuras necesarias para que la población pueda vivir en condiciones de higiene. Un ejemplo puede ser la red de alcantarillado.
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Programas de formación de la población: Una forma de combatir la pobreza es a través de programas de formación y educación dirigidos a la población en situación de pobreza. Estos programas pueden incluir cursos de capacitación laboral, educación financiera y emprendimiento, y pueden ser ofrecidos por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales.
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Inversión extranjera que fomente las iniciativas empresariales: Otra forma de combatir la pobreza es a través de la inversión extranjera que fomente las iniciativas empresariales. La inversión extranjera puede ayudar a crear empleos y oportunidades económicas en países en desarrollo, lo que a su vez puede reducir la pobreza.
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Promoción de la igualdad de género: La discriminación de género es una de las principales causas de la pobreza en todo el mundo. Es importante promover la igualdad de género para que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres para acceder a la educación, el empleo y otros recursos.
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Desarrollo económico: El desarrollo económico sostenible puede ser una solución a largo plazo para combatir la pobreza. Esto implica fomentar la inversión en infraestructuras, tecnología y capacitación, lo que puede generar empleo y oportunidades de negocios.
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Participación ciudadana: La participación ciudadana y la movilización social son fundamentales para combatir la pobreza. Es importante que las comunidades más afectadas por la pobreza tengan voz y voto en la toma de decisiones que les afectan.
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Cooperación internacional: La cooperación internacional y la ayuda al desarrollo pueden ser una herramienta importante para combatir la pobreza en países en vías de desarrollo, especialmente en aquellos que han sufrido conflictos armados o desastres naturales.
Estas, entre muchas otras, son algunas de las soluciones que se han puesto en marcha para combatir la pobreza en el mundo. No obstante, pese a su aplicación, en 2020, según el Banco Mundial, aproximadamente el 9,2% de la población mundial, es decir, alrededor de 700 millones de personas, vivían en situación de pobreza extrema. Además, se estima que alrededor de 2.000 millones de personas en el mundo viven con menos de 3,20 dólares al día.