El catastro es un registro de los bienes inmuebles dentro de un territorio. Esto incluye propiedades rústicas, urbanas y de características especiales.
Este padrón lo realiza el Estado con varios objetivos, pero, principalmente, con fines legales, tributarios y de planificación urbanística.
Los catastros permiten a las autoridades no solo tener un listado de los bienes inmuebles, sino que, además, se registran las características de dichas propiedades y sus datos más relevantes.
Cualquier modificación a la propiedad, por ejemplo, su compraventa, debe ser notificada para que sea incluida en el catastro.
Tipos de catastro
Podemos distinguir, en España, tres tipos o secciones del catastro:
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Catastro fiscal: Registra el valor del inmueble. Así, con base en ese monto, se calcula el impuesto de bienes inmuebles. Debe actualizarse periódicamente.
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Catastro jurídico: Detalla la relación entre el inmueble y su propietario.
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Catastro geométrico: Es aquel que consiste en registrar las medidas, representación y ubicación de la propiedad.
También debemos señalar que los catastros dejan constancia del uso del inmueble (comercial, vivienda, etc).
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Objetivos del catastro
El catastro los siguientes objetivos principales:
- Sirve como referente para cobrar el respectivo tributo (que en el caso de España es el impuesto de bienes inmuebles).
- Tiene el fin de brindar seguridad jurídica al propietario, es decir, permite dejar constancia de quién es o de quiénes son los dueños del activo (Esto es importante cuando se va a efectuar el traspaso del bien tras una compra, por ejemplo).
- Con un catastro, es posible efectuar un adecuado planeamiento urbanístico, es decir, los ayuntamientos (o autoridades correspondientes que usualmente son gobiernos locales y no nacionales) podrán planificar cómo crecerá la ciudad. Esto es, decidir qué zonas serán solo residenciales o solo comerciales, o en qué lugar se darán los permisos para desarrollar nuevas viviendas.
- Tener un registro abierto al público de todos los bienes inmuebles.
Historia de los catastros
El origen de los catastros (lo más similar a lo que conocemos hoy) es de la época romana, cuando el rey Servio Tulio estableció el Census Romano. Esto, con el propósito de cobrar un impuesto a las propiedades denominado Tributum soli, dirigido a los terratenientes.
Sin embargo, los romanos no habrían sido los primeros en llevar a cabo un censo de bienes inmuebles. Se utilizarían padrones similares en Babilonia, Grecia y Egipto. En este último caso, fueron muy útiles por las inundaciones causadas por el Nilo. Al tener un registro oficial, los agricultores podían recuperar sus terrenos una vez culminada la época de crecida del río.