El arbitraje directo consiste en comprar un activo al contado y, al mismo tiempo, vender contratos de futuros que tengan como subyacente este mismo activo. Debemos recordar que el arbitraje busca aprovechar la diferencia de precios entre dos mercados. Estos pueden estar localizados en lugares distantes o podemos estar refiriéndonos a mercados donde se negocian activos de distinta naturaleza.
En el caso del arbitraje directo, estamos haciendo lo segundo, pues aprovechamos la diferencia entre el mercado de derivados (donde se negocian los contratos de futuros) y el mercado donde compramos el activo subyacente, que puede ser, por ejemplo, el mercado de acciones.
En este punto, debemos recordar que un contrato de futuro consiste en que dos partes acuerdan la compraventa de un activo (financiero o no). Esto, en una fecha futura previamente establecida, y además a un precio fijado de antemano.
Entendiendo al arbitraje directo
Vale precisar que, en el caso de arbitraje directo, el inversor está asumiendo una posición en corto. Esto significa que, al llegar la fecha de vencimiento del contrato, está obligado a entregar el correspondiente activo subyacente. A cambio, recibe el monto pactado al momento de la negociación.
Otro punto que debemos tomar en cuenta es que el arbitraje directo es posible siempre que el costo de la operación sea menor a la diferencia entre la cotización del futuro (precio de venta) y la cotización al contado (precio de compra).
Si el subyacente es un activo físico, el costo de la operación incluye, entre otros, un gasto de almacenamiento y el pago de un seguro.
En cambio, los
activos financieros, como los índices bursátiles, únicamente requieren un costo de financiación. Este se refiere, por ejemplo, a la garantía que reciben los
brókeres a modo de respaldo para cubrir el riesgo de crédito que representa el inversor para ellos.
En este punto, debemos explicar que un inversor genera un riesgo de crédito (de incumplimiento de su obligación) cuando toma un préstamo del bróker para comprar un valor financiero. De igual manera, cuando toma prestados activos para venderlos al descubierto y cuando compra o vende derivados, como un contrato de futuro. Esto último es parte del arbitraje directo.
Cash and carry
En inglés, a este tipo de arbitraje se le conoce como
cash and carry (al contado y llevar). Esto es porque el activo subyacente se compra al contado y el inversor debe llevarlo o transportarlo hasta el momento de expiración del contrato de futuro.
Este tipo de arbitraje no está exento de riesgos, pues los costos de almacenamiento, por ejemplo, pueden incrementarse entre el momento de compra del activo subyacente y el vencimiento del
futuro financiero.
Ejemplo de arbitraje directo
Un ejemplo de arbitraje directo podría ser el siguiente: Supongamos que el inversor compra al contado las acciones de la empresa OJ a 50 euros. Al mismo tiempo, vende un futuro de esas acciones a un mes a 53 euros.
En este caso, el inversor gana siempre que el costo de la operación (en este caso, de financiamiento) sea menor a 3 euros.