Entras tú, últimamente, con muchos bríos y sobre todo con más ganas que nunca de hacer el payaso. No es a ti a quien iba dirigida mi observación. Está bien que quieras meter las narices donde te parece, pero hazlo con propiedad y no soltando tus acostumbradas payasadas, como siempre.
Se puede decir, sin dificultad, tanto, echar como presentar, solicitud, porque es una expresión, emitida en lenguaje coloquial, cuyo significado similar, se entiende perfectamente.
¿Qué es eso, de no contra-argumenta? Se hace una pregunta y se espera la respuesta. Punto. ¿Quieres más? Pregunta tú, entonces. En la pregunta ya van implícitos los argumentos o contra-argumentos, con los que quieras elucubrar.
Precisamente, tú, hablas de dialogar. Eso es, francamente, difícil con un cerebro atrofiado, como el tuyo. ¿Cuando ha podido dialogar alguien, aquí, contigo? Lo único que hablas es de estafas y sellitos, sin atender a otras razones. Estás obsesionado con meter a gente en la cárcel, hasta el punto de que ya lo das como un hecho cierto, sin que se haya emitido, aún, ninguna Sentencia. No respetas la presunción de inocencia y te pones a injuriar a unos imputados que no están presentes ni para poder defenderse. Sin meterse en lo que cada uno quiera creer, hay hechos reales, por encima de todo y éstos son, que nadie ha sido aún condenado.
Si quieres, realmente, la unidad de los afectados, no exijas, tú, de aquellos que piensan diferente, lo que dices que éstos pretenden contigo. A día de hoy, no cabe más que decir, que las personas implicadas en nuestro problema, lo mismo pueden ser declaradas culpables, como inocentes. Por tanto y en consideración a otros, deberían sobrar las manifestaciones de la opinión personal de cada uno. Sólo así, se podría conseguir esa necesaria unidad, que, ahora y de repente, todo el mundo requiere.