Permíteme un matiz.
Lo nuestro no es comparable, lo mires como lo mires, con el asunto de las participaciones preferentes.
Las preferentes son un producto financiero con unas características determinadas, no es ninguna estafa. Lo que sí es una estafa, un engaño, es la forma en que se ha comercializado, engañando a personas sin cultura financiera que confiaron en las buenas palabras y consejos del bancario de turno, quien se dedicó a tan "magna" labor presionado por sus Jefes, por los órganos de dirección de las entidades financieras, que necesitaban "pasta" fresca como fuera.
En nuestro caso, el producto era bueno, las empresas eran solventes, se comercializó correctamente, pero oscuros intereses político/financieros perpetraron un saqueo, un auténtico acto de terrorismo de estado, para cargarse a un sector incómodo y pujante, sin reparar en daños ni "efectos colaterales", que es como esta chusma nos debe considerar a los afectados por el expolio.
Hay una gran diferencia ¿No te parece?