¿Se trató de una conspiración y un expolio por parte de la banca norteamericana y española?
El 9 de mayo de 2006, el Gobierno de Zapatero intervino Afinsa Bienes Tangibles, S.A. Pero, ¿la acción estaba ya preparada en septiembre de 2005, cuando la entidad fue denunciada de forma aparentemente espuria por un gestor de fondos que se enfrenta ahora a la justicia en Estados Unidos? ¿Fue una intervención pactada con la banca norteamericana y con la aquiescencia de la española que veían en Fórum Filatélico y en Afinsa peligrosos competidores? Nueve años después de su intervención en España, el de Afinsa sigue siendo un caso abierto que amenaza con destapar una gran corrupción institucional.
Esa es, en síntesis, la tesis que subyace en el libro “El Saqueo de Afinsa – Una Intervención Político-Financiera de Diseño”, de la cliente de Afinsa y consultora jubilada Mila Hernán Álvarez, que será presentado el próximo 17 de noviembre en Madrid y que contiene datos tan explosivos que ponen contra las cuerdas a la Fiscalía Anticorrupción, al Gobierno de Zapatero y a la gran banca española, además de a la banca norteamericana, a la que acusa de estar detrás de la intervención en España al no conseguirlo en Estados Unidos.
El Gobierno del PSOE siempre sostuvo que Afinsa era una estructura piramidal cuya actividad consistía en estafar a sus clientes. Pero, ¿fue realmente así o existió más bien una conspiración que tenía como objetivo la destrucción de un emporio empresarial con presencia en tres continentes? Lo cierto es que el 9 de mayo de 2006, Afinsa Bienes Tangibles S.A, matriz y buque insignia de un holding con enormes y potencialmente peligrosas expectativas de crecimiento fue intervenida, bajo la acusación de la Fiscalía Anticorrupción de estar llevando a cabo un fraude de proporciones gigantescas mediante un sistema de “estafa piramidal”.
Mila Hernán, consultora internacional, cliente de Afinsa y autora del libro ya publicó en 2010 una primera obra -“El saqueo de Afinsa. La verdadera historia de una intervención”– en la que denunciaba una secuencia de hechos que evidenciaban el sinfín de irregularidades que rodearon la actuación por el Gobierno de Zapatero. Entre otras cosas, denunciaba ya que la justicia estaba actuando con una “lentitud pasmosa” y siempre en perjuicio de los casi doscientos mil clientes de Afinsa que “perdimos, en cuestión de segundos, nuestras inversiones en la compra de lotes filatélicos”. Pero, también, en perjuicio de los empleados de la compañía y de los encausados, hasta entonces administradores o accionistas de una empresa que había operado sin incidentes durante 25 años.
Una carta-denuncia de un oscuro hedge fund norteamericano
Ahora, cinco años después, Mila Hernán vuelve a la carga con una obra cuyo núcleo es la presunción de que la intervención de Afinsa, su saqueo y el expolio de miles de clientes fue ordenada por el Gobierno de Zapatero presumiblemente a instancias de la Banca, pero también como consecuencia de una carta-denuncia enviada a la Fiscalía General del Estado por un hedge fund norteamericano, Louis Corrigan -del gestor de fondos Kingsford Capital-, presunto autor de criminales maniobras especulativas llevadas a cabo desde Estados Unidos contra Escala Group, la filial norteamericana de Afinsa, con el fin de destruir su valor en Bolsa.
Hay que resaltar que Mila Hernán no es una cliente cualquiera de Afinsa. La autora de esta investigación y de este explosivo libro es MBA y especialista en Comunicación Crosscultural (Universidad de Portland, Oregon), que en 1999 fundó “Institute for Business Communication” (IBC). Ahora ya está jubilada, pero ha sido, entre otras cosas, Associate Senior Development Consultant de TMA y Consultora-colaboradora de Management Centre Europe (división europea de American Management Association), en Bruselas. A raíz de la intervención de Afinsa Bienes Tangibles, S.A., decidió establecer un paréntesis en su vida profesional para dedicarse a la investigación y esclarecimiento de los hechos acaecidos en torno a la tristemente famosa “Operación Atrio”.
Así que, según sostiene Mila Hernan, en 2006 la desaparición de Escala del índice NASDAQ, aportaría ingentes ganancias a los insaciables hedge funds norteamericanos -los mismos que dos años después hicieron estallar la gran crisis económica que ahora padecemos todos- que, habiendo apostado por la venta de acciones “a corto en descubierto”, o “acciones fantasma”, como se conoce esta práctica en el argot bursátil, obtendrían beneficios millonarios gracias a estas manipulaciones fraudulentas.
Los hedge funds nombrados en su anterior obra son Louis Corrigan y Neil Martin, empleados ambos de Kingsford Capital. Pero hay más y de mucho mayor calado que los anteriores, de los cuales Mila Hernán desvela ahora su identidad [no los citamos aquí por compromiso con la autora, ya que serán revelados en la presentación del libro, el próximo 19 de noviembre].
Los tiburones impulsores del expolio se enfrentan a la justicia
El libro desvela también un documento judicial de extraordinaria importancia: la demanda presentada por Greg Manning, Claes Arnrup, Posiljonen AB, Posiljonen As, Sveaborg Handel As, Flygexpo AB y Londrina Holding Limited contra un nutrido grupo de instituciones financieras y gestores de fondos norteamericanos de gran envergadura, bajo la acusación de haber realizado prácticas especulativas fraudulentas, de “venta a corto en descubierto”, contra Escala Group. Un documento que destapa la corrupción de los tiburones norteamericanos que, tras haber hecho caer Afinsa para quedarse con su mercado, ahora se enfrentan a los tribunales por supuesta corrupción.
Es decir, ¿fue Rodríguez Zapatero una especie de ‘tonto útil’ de los especuladores norteamericanos? He ahí la cuestión.
Para Mila Hernán, estas nuevas actuaciones constituyen una prueba que aporta verosimilitud a la teoría de que Afinsa y Escala fueron víctimas de una “diabólica carambola de destrucción”, milimétricamente diseñada -si la fortaleza de Escala en Estados Unidos hacía imposible su caída en Bolsa, se atacaría a su empresa matriz, Afinsa, lo cual provocaría, a su vez, la caída de la cotización de Escala-, eliminando de paso a la gran competidora de la Banca en España.
En ese último aspecto, la autora sostiene que la dimensión empresarial y de negocio de Afinsa habría aumentado de manera exponencial tras haber formalizado la compra de la estadounidense A-Mark, una de las seis empresas autorizadas por la Casa de la Moneda norteamericana para la venta de oro y metales preciosos. Y ése pudo haber sido el punto de inflexión para que los tiburones norteamericanos se lanzaran contra Afinsa.
Por otra parte, Mila Hernán sostiene que con la caída de Afinsa, y paralelamente de Fórum Filatélico como “daño colateral” -no podían derribar a una, dejando con vida a la otra- se barrería de un plumazo un potente sector de inversión como era el de los Bienes Tangibles y de Colección, regulados mediante la Disposición Adicional IV, pero que estaban haciendo ya demasiado “daño” a la Banca.