Acerca de Stanley Gibbons
Stanley Gibbons
Esta Compañía británica redacta un contrato con garantía de recompra mínima. También es cierto que se podría considerar que tienen un volumen de clientes muy grande para trabajar con sellos únicos y raros (según dicen), exclusivamente. El caso es que se la podría acusar de prácticas que se pretenden presentar como delictivas, tal como se ha hecho en España con Afinsa:
- Tienen un contrato con garantía de recompra.
- Utilizan su propio catálogo para valorar los sellos (el contrato lo indica).
- Pueden manipular sus precios sin tener en cuenta el mercado.
La Revista Época informaba allá por el año 2007, en un artículo de Luis Losada Pescador que analizaba como ejemplo a la británica Stanley Gibbons. Evaluaba la evolución de sus activos que alcanzaban los 6 millones de libras, en aquellos tiempos:
“Hemos captado 23.000 nuevos clientes en los últimos dos años, una cifra muy superior a los 950 que teníamos hace apenas una década”, informaban en su página web.
Según señalaba a Época su director, Kerry Finney, no mantienen relación con el Banco de Inglaterra. A pesar de ello, Stanley Gibbons ofrece un fondo de inversión filatélica con una rentabilidad anual garantizada del 6% a 10 años, que se ve recortada al 4% si la inversión se realiza a 4 años o al 5% si el fondo se mantiene durante 5 años. Su otro producto el investment portfolio, no garantiza la rentabilidad, pero asegura que ha crecido una media del 9,5% anual en los últimos 50 años. Para este producto exigen una inversión mínima de 5.000 libras, pero ofrecen un préstamo gratuito durante los 12 primeros meses. "No se requieren conocimientos filatélicos", añaden.
Parece claro que opera de facto como una sociedad financiera y no filatélica. No obstante, Stanley Gibbons no teme una intervención.
Duración de los contratos: 4, 5 y 10 años; Rentabilidad mínima garantizada: 4%, 5% y 6% respectivamente.
Cuantía de las inversiones (Libras Esterlinas): 5.000 £, 10.000 £, 25.000 £, 100.000 £ y 250.000 £.
Rendimientos al 4%, 5% y 6% para una inversión mínima de 5.000 £:
5.800 £, 6.250 £ y 8.000 £ respectivamente.
Idem para inversión de 10.000 £: 11.600 £, 12.500 £ y 16.000 £ respectivamente.
Inversión de 25.000 £: 29.000 £, 31.250 £ y 40.000 £ respectivamente.
Inversión de 100.000 £: 116.000 £, 125.000 £ y 160.000 £ respectivamente.
Inversión de 250.000 £: 290.000 £, 312.500 £ y 400.000 £ respectivamente.
Mercantes italianos
Algo parecido ocurre con la compañía italiana Bolaffi, dedicada al coleccionismo filatélico y numismático desde 1890 que cuenta con 3.000 grandes clientes y 100.000 pequeños. Por supuesto, están fuera del sector financiero, lo que no les impide recomendar la inversión filatélica como inversión. "Nuestro trabajo es de mercantes, compramos y vendemos y en esa actividad, obtenemos una rentabilidad porque sabemos comprar y vender", declara a Época el director de relaciones con los medios, Ricardo Bolaffi.
Bolaffi distingue entre dos tipos de clientes: los apasionados, "locos por completar sus colecciones" y los que consideran la posibilidad de una inversión alternativa. "Confían en nuestro producto y en nuestro apellido", afirma Ricardo Bolaffi. Y para ganar confianza, considera que resulta vital no garantizar la inversión: "la rentabilidad va con el mercado, se puede concretar o no; nosotros somos profesionales y tenemos experiencia, pero no tenemos la varita mágica".
De esta forma -asegura Ricardo Bolaffi- han conseguido que el cliente siempre quede satisfecho. "La clave está en no salirse de las reglas del mercado, aunque a veces nos hemos arriesgado y hemos conseguido arrastrar al mercado". Pero lo que tiene claro Bolaffi es que nunca se puede garantizar rentabilidades. "Y menos en el corto plazo, porque el mercado se mueve muy lento; a 10 años, es muy probable que vayas a ganar un 6% anual, pero si quieres rentabilidad mañana lo más seguro es que no la obtengas".
Además, Bolaffi considera que vender con garantía supone asumir un riesgo excesivo. "Ningún comerciante italiano garantiza la rentabilidad; en los años 70 hubo un genovés que lo hizo y quebró, dañando la confianza de todo el sector, así que espero que no se repita", indica. Tampoco tiene muy buena referencia de la británica Stanley Gibbons: "antes eran muy tradicionales, pero ahora les ha dado por irse a la bolsa; yo he visto su lista de sellos y prefiero no hacer comentarios".
Mercado paralelo
También, en opinión de Bolaffi y según su criterio profesional, las compañías españolas realizaban "operaciones financieras encubiertas, "compraban a precios de catálogo productos que tenían un precio alto por ser muy históricos, pero que sin embargo no tenían demanda en el mercado". Bolaffi informa que italianos, alemanes y norteamericanos han vendido mucho material "sin interés" a las compañías españolas. "Vendían a las españolas lo que no podían vender; el stock era invendible, era un mercado paralelo".