Es igualmente un placer para mi, debatir con Ud. y con quienes demuestran sinceridad, sensatez y una honesta crítica.
Le diré que no se trata de confiar en los políticos, pues ya sabemos que son unos corruptos y cuáles son los intereses que defienden. El caso es que los parlamentarios o eurodiputados del PP, han sido los únicos que se han prestado a escuchar las reivindicaciones que les ha planteado
Anvifa. Seguramente se deba tan solo a la oportunidad de poder explotar un caso que puede perjudicar a sus oponentes o rivales políticos. En todo caso, nuestra situación no va a empeorar por probar si se consigue algún logro o avance, contactando con estos.
Quisiera puntualizar, brevemente, algunas observaciones sobre las opiniones que manifestó Ud. en el blog de
Anvifa y que no le fueron aceptadas con agrado o incluso no quisieron contestarlas. En primer lugar, hay que hacerse a la idea de que allí, como en cualquier otro foro abierto, hay multitud de individuos que intervienen y tienen opiniones muy dispares que no son fáciles de gestionar sin que haya roces, inevitables para cualquier moderador. Hay que comprender la difícil tarea que tiene este con tener que tratar de contentar a todo el mundo y aunque nos cueste, debemos procurar ser tolerantes con los “energúmenos”.
Dicho esto, yo también deseo expresar algunas opiniones mías que considero relevantes:
El problema más grande que tiene nuestro colectivo de afectados, es precisamente su composición mayoritaria de personas ya ancianas, como es el caso de el padre de Ud. Es comprensible que estas personas ya no tengan el vigor, los conocimientos y la voluntad que se requieren, para una lucha tan gigantesca y desigual como la que tendríamos que protagonizar. Yo siempre he pensado que para solucionar nuestro problema, se tendrían que haber tomado acciones mucho más drásticas o contundentes en las calles, para hacernos respetar y llamar la atención en la sociedad. Lamentablemente, no están por esta labor las personas de más edad, pero sí creo que nos toca a los familiares más jóvenes luchar por ellos.
La difusión, hoy en día, a través de las redes sociales es extraordinariamente importante. Les debería tocar a los más jóvenes, hacer de “correa” de transmisión con los mayores. Igualmente, es imprescindible que se sepa la verdad y en quienes recae la culpabilidad de lo sucedido. No podemos desear que nos devuelvan nuestro dinero, sin más, si no se demuestra que es de JUSTICIA lo que exigimos. Nuestra ruina no vino sola y somos víctimas de un daño que un Estado corrupto nos ha infligido. Esta es la razón por la que surgió
Anvifa y creo que su Presidente lo manifiesta muy claro. Comentar a Rafael que a los viejos les importa poco esta lucha, solo hará que muchos lectores se inclinen por que se aplique una censura que le van a reclamar a este.
Desconozco, exactamente, todos los detalles sobre las vías de reclamación que ha emprendido
Anvifa, pero no cabe duda alguna de que prosiguen su curso. Creo entender que hay dos caminos para tratar de solucionar este problema en la esfera internacional, con éxito. Uno es a través del ámbito judicial, apelando ante Tribunales diversos. Otro frente está en el campo político, solicitando comparecencias que permitan exponer y divulgar el caso, como paso previo muy importante para que sea conocido y exista una concienciación de que los Derechos humanos de unos consumidores españoles, fueron vulnerados.
Algunas de las informaciones más actuales que transmiten en el blog de Anvifa, pueden ser algo escuetas y a veces contienen muy parcas explicaciones, pero de ningún modo son inciertas y si se tiene confianza y paciencia, en la espera de sus comunicados, todo el mundo termina conociendo las últimas novedades, de un modo bastante fiable y de primera mano. Ellos saben cómo tienen que proceder en cada paso y avanzar de modo lento pero seguro, hasta conseguir nuestro objetivo. Todo lo contrario de lo que hacen asociaciones como
Adicae que saben perfectamente que están llevando a sus clientes al fracaso. Si no fuera por el trabajo de
Anvifa, estaríamos ahora sin posibilidades de solucionar este robo ni esperanza alguna.
Por último, cabe lamentar que una persona que ostentaría sin duda alguna y con todos los derechos y honores, la máxima representatividad de todos los afectados, no haya alcanzado suficientes votos para ser elegida en el Parlamento europeo, este año. Quizá habría sido mejor que la Sra. Mila Hernán, se hubiese presentado por las filas que acaparan el voto útil, en uno de los grandes Partidos mayoritarios.
Un saludo.