Casi todos podemos coincidir en que la Administración ha incurrido en responsabilidad, porque el Parlamento había encargado al Ministerio de Sanidad y Consumo que diera transparencia y regulación al mercado de inversión filatélica y no lo hizo. Esto es un hecho probado y constadado, que no necesita de conjeturas ni especulaciones.
Pero de ningún modo parece sensato decir que del posible agujero tenga la "culpa" la Administración, por más que lo haya podido agrandar liquidando impuestos de sociedades por beneficios a empresas que ahora acusa de haber estado siempre en quiebra. Al final se sabrá en qué medida lo que dicen los fiscales se ajusta a la realidad patrimonial de las empresas intervenidas, porque se formará una lista de acreedores y se valorarán unos activos, siendo el resultado de todo ello el grado de insolvencia o solvencia que sea. Entonces será el momento de empezar a analizar cómo se ha llegado a esa situación.
Los sellos, como cualquier activo, no tienen una cotización dictada por algún ser supremo, llámese "mercado" o como sea, por mucho que Afinsa y Fórum tuvieran sus catálogos internos y existan catálogos de otras firmas, sino que tienen precios contingentes que están sometidos a fluctuaciones y a distintas valoraciones posibles en función del tiempo y las circunstancias cambiantes de compradores y vendedores, además de la voluntad de los operadores dominantes en esa actividad y del regulador de la misma por supuesto.
Si esas empresas no pueden hacer frente a todos sus compromisos, los que sean, hay que esperar a ver exactamente de dónde proviene esa insolvencia, cómo se ha generado, si de una mala, dolosa o imprudente gestión, de una sobrevaloración punible o no de activos o también de una exigencia anticipada e imprudente de pasivos o compromisos futuros, que también podría ser o una combinación X de todas estas razones.
Lo que parece justo exigirle a la Adminstración es que no se siga desentendiendo del caso poniendo de parapeto a las asociaciones del CCU, tal y como pretende con total desparpajo la ya desentendida ministra Salgado, pues la acción de los Tribunales necesariamente va a demorarse mucho tiempo.