Gracias ZP
Estimado Sr. Zapatero:
En primer lugar, y antes de hacerle partícipe del motivo de esta carta, he de decirle que soy un joven de 22 años recién cumplidos, que siempre ha tenido unas fuertes convicciones socialistas, que no precisamente de su partido sino de la ideología, y que estudia, o al menos lo estaba haciendo hasta ahora, su carrera universitaria en Madrid, allí muy cerquita de usted, en Moncloa.
Hasta hace algo más de dos meses mi vida era como la de cualquier otro universitario, salidas por aquí, alguna fiesta por allá y muchos estudios… ahora me resulta irónico decir eso de los estudios… porque llevo precisamente esos dos meses de los que le hablo casi sin tiempo de tocar un libro.
Y ahora usted se preguntará, ¿y eso por qué razón? Pues verá, seré claro y conciso: he tenido que empezar a trabajar para pagarme los estudios porque su gobierno ha tratado de hundir la empresa en que mi padre trabajaba… ¡oh! Imagino que no habrá expresión de sorpresa en su rostro, ya que sabrá perfectamente de qué hablo. Sí, mi padre trabajaba o, mejor dicho, trabaja, en Afinsa; y espero poder seguir hablando en presente de esta empresa, porque significará que aún hay un atisbo de dignidad en este país del talante y el Estado de Derecho… significará que el juez ha desestimado todas las impúdicas acusaciones que se han hecho sobre la compañía (los del caso Fórum por favor me perdonen pero no hablo de algo que no conozco).
Supongo que a usted esto le da exactamente igual, ya que lo peor que sacará usted de esta carta es que probablemente pierda mi voto… pues sí, señor Zapatero, ha perdido usted mi voto, pero no es eso lo más importante que ha perdido usted en este caso de los sellos. Desde mi punto de vista, cómo no, inocente y pueril de estudiante universitario, ha perdido usted la poca credibilidad de que gozaba; sí, usted, como cabeza del gobierno, de ese gobierno que ha usado la mano de la Hacienda Pública como asesina para colgar de la horca a un inocente, como en la caza de brujas de hace siglos... ¿quizá porque consiguen producir beneficios que a los bancos les parece magia negra porque ellos no pueden hacerlo?
Yo no sé de precios políticos, ni de votos, ni de escaños… pero de imagen y actitud del público hacia un objeto psicológico sí que sé un rato… Sr. Zapatero, enhorabuena por la “cagada” más impresionante que hayan visto mis pocos años de vida. Enhorabuena por su nefasto gobierno y por hundir a mi familia, como a otras tantas, en este proceso de búsqueda de su santidad “laica”.