A ti se te desborda la imaginación por la tapa de los sesos, amigo. Leyendo las sandeces que largas sin ningún pudor, te aseguro que a más de uno tiene que darle un rubor por vergüenza ajena cuando te lee, que ha de costarle lo suyo seguir mirando a la pantalla.
Tío, tú vives en tu mundo, embutido en tu propia fantasía. ¿De verdad te crees esas chorradas que sueltas? ¿De dónde sacas esas deudas que según tú eran el pasivo en Afinsa? Eso no te lo creerás ni tú, por supuesto. La única contabilidad que podía y tenía que llevar Afinsa, era la que establecía la legalidad vigente. Va a ser ahora, que vas a llegar tú aquí a redefinir de nuevo el Derecho y a modificar la normativa legal a tu antojo, porque así te sale a tí de los cataplines. ¿Que no te gusta el modelo contable que regía la operativa del sector de los bienes tangibles? Pues dirígete a los legisladores y promueve un cambio regulatorio, pero entre tanto, procura acatar las leyes en vigor, tal y como es obligatorio hacerlo. Eso mismo, iría dirigido, también, a la ínclita de la Yabar y al iluminado del Fiscal Luzón, que se quisieron pasar de listos hasta más allá de tres pueblos.
Te diré que no existe en Europa una legislación unánime que aplique un único sistema de control sobre los mercados de los bienes tangibles. En unos paises rige el carácter mercantil, como es el caso de Reino Unido, Italia o España y en otros se emplea el concepto financiero, como ocurre, por ejemplo, en Holanda o en Portugal.
Fíjate, que incluso aplicando un enfoque financiero a la actividad de Afinsa, solamente surge un agujero ficticio en el pasivo, cuando se "saltan a la torera" los métodos de valoración forense que están universalmente reconocidos y se infravalora la filatelia, ignorando la peritación por catálogos internacionales e independientes, tal y como debe realizarse por cualquier autoridad judicial, que aplique criterios de imparcialidad que por tradición y costumbre han sido por todos convenidos.
Por último, la guinda de tus "elucubraciones" la pones cuando afirmas que una empresa ha de tener liquidez disponible para pagar obligaciones contraidas en el largo plazo. Si ésto fuese real, no quedaría en activo ni una sola empresa en el mundo entero.