En la primera emisión de bonos catalanes el bonista obtenía un 4,75% mientras las entidades colocadoras se llevaban un 3%.
En la segunda emisión el bonista obtenía un 4,75% a doce meses ó un 5,25% a 24 meses mientras las entidades colocadoras se llevaban un 0,5% por cada bono a un año y un 2,5% por cada bono a dos años, más una comisión extra de un 1,25% por captar dinero nuevo.
Al bonista se le descuenta IRPF, desconozco si a las entidades colocadoras se les cobran impuestos por su comisión y de qué porcentaje.
Las entidades colocadoras cobran mientras todo el riesgo lo asumen los bonistas que solo ven reflejado en el tipo de interés la mitad del riesgo de la emisión.