La crisis que viene
Hasta para un neófito como yo, quizás pudiera ser por eso, resulta cómico presenciar el espectáculo "nuncabajista" al que estamos asistiendo en las últimas semanas, si bien en la última la cosa se ha apaciguado un poco debido al nuevo guantazo.
Resulta que por avatares del destino y un poco de carambola, comienzo a interesarme, y más me vale visto lo visto, por el cuasi esotérico mundo del entramado financiero y bursátil, que creo que éste está englobado en aquel. Pero al caso, empleando parte del tiempo libre de más que desearía tener gracias a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, me he convertido en un seguidor más o menos habitual de algunas secciones de Rankia, me he leído un par de libros de Bolsa (sí Sr. Llinares, el suyo también y no está nada mal) y suelo juguetear con el Desafío de Rankia para aplicar "sofisticadas" estrategias de especulación (¿o era inversión?) diseñadas con Prorealtime (lo siento Visualchart, pero no trago a Windows).
Todo esto viene que de lo poco que he leído, creía haber entendido que la Bolsa es cíclica y está inmersa dentro de unas grandes tendencias o directrices primarias (varios años), unas veces alcistas y otras veces bajistas. Parece ser que las alcistas se imponen en duración sobre las bajistas pero que, no obstante, éstas últimas, si son primarias, deberían durar de 1 a 3 años (o más) si no estoy demasiado equivocado.
Y ahora resulta que por tierra, mar y aire o, lo que viene a ser lo mismo, TV, prensa e internet, nos lanzan el mensaje de que tránquilos, que lo peor ya ha pasado, adelante, recargad las carteras que nos vamos para arriba. Y batacazo que te crió. Porque claro, ¿cómo iba a durar una tendencia primaria bajista sólo cuatro o cinco meses? (partiendo de que el giro brusco en el IBEX 35 se produzco en enero de 2008, quizás antes en según qué índice). ¿No están tomando el pelo? Apuesto a que sí.
A nadie le interesa una crisis, y menos a los que el negocio lo hacen con los incautos como yo que se lanzaron a la piscina antes de aprender unas nociones básicas de natación y ahora se interesan por aprender lo mínimo para no tragar demasiada agua.
Cada vez que veo en Intereconomía a un o a una analista esgrimiendo que lo peor ya ha pasado, que quieren que les diga, me da la risa.
Ya veo que este mensaje se me está alargando en exceso así que para concluir, les dejo una última reflexión: el Sr. Solbes tiene razón al decir que no hay crisis, que hay una "desaceleración significativa". Y tiene razón, oigan. No hay crisis porque todavía no ha llegado. Esto no es más que una precrisis comparado con lo que se avecina.
Ya hablaremos de ello.