No me respondes a la pregunta esencial. Nunca fué empresario. Ejerció, perpetuándose en la poltrona, con los antecedentes franquistas que tenía, mostrándose siempre dominante y con beligerancia hacia la clase trabajadora de algo que no sabía ya que jamás expuso un duro suyo creando un empleo o montando el más sencillo negocio; por lo tanto, éticamente, no estaba capacitado para meterse en ese papel.
No me apetece recordarle ya que bastantes comidas y cenas nos indigestó viéndole, siempre desde un pedestal con su característica prepotencia, inculpándonoss de todos los males.
Y no me quiero extender con las afrentas con los mismo empresarios, el gol que nos metió en el 97 con el abaratamiento del despido y la nula visibilidad sobre la U.E.
Por bien que me paguen, yo, no me metiría a mi mismo: sería incapaz de mirarme en el espejo o mirar en mi interior.
Saludos.