España, a la cola de la banca online en Europa
España, a la cola de la banca online en Europa
La banca española ha eliminado 70.000 empleos y 13.000 oficinas desde 2008. La crisis fue el detonante de una reestructuración de la red comercial que está lejos de acabar.
Ahora, con la incipiente recuperación económica, el número de trabajadores y sucursales del sector financiero encara una segunda ola de recortes. Esta vez, por la creciente actividad digital de los bancos.
La revolución que arrancó hace una década con Internet vive ahora una segunda fase con los móviles inteligentes, que se han colado en los bolsillos de la gran mayoría de jóvenes y de muchos de los que ya no lo son tanto. De hecho, con los smartphones, la distribución de productos financieros por nuevos canales se está acelerando.
La banca española da pasos en este contexto para modernizarse y aprovechar las oportunidades de negocio que presentan las nuevas tecnologías. Y tiene mucho camino por recorrer, ya que se encuentra, junto a la italiana, en los puestos de cola en cuanto al uso de canales digitales por parte de la clientela.
El 80% de los clientes bancarios los emplea en los países nórdicos (Noruega, Dinamarca y Suecia) y en Holanda, porcentaje que baja al 54% en Bélgica, Francia, Alemania y Reino Unido; y se desploma al 28% cuando llegamos a España e Italia.
Este amplio espacio de mejora para la banca española implica la posibilidad de obtener importantes ahorros de costes, pero al mismo tiempo supone una seria amenaza competitiva. Y todo apunta a que el sector apretará el paso para acortar distancias con los líderes del ránking en Europa. Hace diez años, solo el 10% de los clientes bancarios en España utilizaban los canales digitales. Si el ritmo de crecimiento se mantiene, la tasa podría ponerse a la altura de la de los países nórdicos en la próxima década, según cálculos de la agencia de rating Scope.
A su parecer, el adelgazamiento de la estructura comercial física de la banca es la gran oportunidad para ahorrar costes y mejorar la rentabilidad en el actual contexto económico. En España hay 85 oficinas por cada 100.000 habitantes, la mayor densidad comercial de toda Europa, superior a la de Francia (71) e Italia (62).
En el polo opuesto, están Noruega (9), Holanda (16), Reino Unido (22) y Suecia (25). Las oficinas nórdicas gestionan activos que son nueve veces los de una sucursal española. Y, de media, producen un beneficio antes de provisiones cuatro veces mayor.
«Las diferencias en términos de productividad se deben, al menos en parte, a una mayor adopción de las nuevas tecnologías por parte de los usuarios de bancos, lo que permite significativos ahorros de costes al retirar la necesidad de la interacción física», explica el autor del informe, Marco Troiano.
Los mayores ahorros del cierre de oficinas procederán de la reducción de plantilla, que la banca española suele encarar a través de prejubilaciones y salidas naturales que no compensa con nuevas contrataciones. Así evita el coste en términos de reputación de otro tipo de medidas.
Pero a corto plazo no será oro todo lo que reluce, porque esta reducción de gastos se verá mitigada -si no superada- por la necesaria inversión en tecnología para desarrollar los nuevos canales de distribución.
La apuesta por la banca digital está en la mente de la mayoría de bancos españoles, que ya han puesto en marcha o están diseñando nuevas herramientas. Este año, BBVA lanzó su pago por móvil Wizzo, y Santander y Caixabank se aliaron con Telefónica para el lanzamiento de Yaap, marca paraguas para una aplicación de compras y para hacer transferencias por móvil pero también a través de redes sociales.
En su camino por esta senda, la banca española tradicional se enfrenta a distintas amenazas potenciales. Y es plenamente consciente. La primera son los nuevos jugadores que quieren una parte del pastel del negocio financiero y cuyo reconocimiento de marca es tal que más que clientes tienen fans. Apple, Google y eBay ya han desarrollado soluciones de pago y no padecen la desafección de los clientes hacia la banca tras seis años de crisis. Al contrario.
Y a medida que la penetración de la banca multicanal crece, el cliente podrá comparar toda la oferta disponible sobre un mismo producto bancario a golpe de ratón. «Acceder rápido a la información online de los proveedores sobre los productos permite elegir el más barato», advierte Troiano.
Aquí está la segunda amenaza, los productos básicos como hipotecas, cuentas corrientes y depósitos sufrirán la competencia en el precio, lo que meterá presión a los resultados de los bancos desde el epígrafe más alto de la cascada.
Fuente: expansion.com