Voy a contar una historia que me pasó hace años: cuando vamos de copas, uno de mis amigos siempre tomó vodka con limón, y durante años, su marca era Eristoff. Bien, con los años las cosas le comenzaron a ir mejor económicamente y se pasó a otra marca, Finlandia, rajando contra lo malísimo que era el Eristoff y la muy superior calidad del Finlandia. Una noche, le pedí yo mismo un Eristoff (eso sí, era ya la tercera copa), pero le dije que era Finladia, y comencé a alabar la copa que tenía en la mano, para darle cuerda. Pues sí, decía que la que tenía en la mano era buenísima, que "entraba" suave y que no tenía nada que ver con el Eristoff. Cuando le conté la verdad no se lo creía. Menos mal que tenía una testigo. Esta maldad mía nos sirve para que a día de hoy aun esté tocándole los h..., je je.
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