Primero, estoy en contra del boicot.
• El consumidor debe comprar lo que más le interesa, es decir: bueno, bonito y barato. El problema del estatuto deben de resolverlo lo políticos y si no lo hacen de acuerdo con lo que esperamos como ciudadanos, el boicot hay que plantearlo en las próximas elecciones si estas no se convocan con una NUEVA LEY ELECTORAL que acerque el poder a quién lo debe tener. Una nueva electoral que permita elegir al mejor, que obligue a los electos -delegados- a cumplir lo prometido, que cada elegido represente un número equivalente de votos y finalmente que vaya implantando el “voto electrónico ciudadano” en las votaciones del Congreso y del Senado (vamos, como el jurado popular).
Segundo, ¿quién empezó primero?. Y solo por si las etiquetas estaban o no en catalán.
• Som a l'any 2002 i totes les empreses que venen els seus productes en el mercat de consum configurat pels Països Catalans (Principat de Catalunya, País Valencià, Illes Balears, Catalunya Nord, Andorra, Franja de Ponent i l'Alguer), ja han de començar a tenir ben clar que no poden continuar ignorant l'existència de la llengua catalana a l'hora de fer l'etiquetatge dels seus productes ni en qualsevol altra forma de comunicació comercial. S'ha de considerar com un fet greu i escandalós actuar com si el català no existís... http://racocatala.com/~compra/#
Tercero, ¿alguien denunció el boicot catalán?. Tal vez debiera decir “de algunos, muchos, catalanes”.