Yo creo que esa política de tratar a los clientes como sujetos meramente exprimibles al máximo es contraproducente.
El cliente antiguo tiene una inercia, pero cuando se va, se va definitivamente, el efecto puede ser exponencial, y la avalancha se puede intensificar por el boca a boca. La mala prensa corre mucho más que la buena.
Me permito citar mi experiencia con Caja Duero. Mi primera cuenta y nómina fue con ellos. Cliente fiel durante 20 años, tarjeta, hipoteca, nómina, manteniéndolas incluso cuando no había oficina en el lugar de residencia.
Les fui a pedir hace dos años, después de haber pagado la hipoteca, que me dejaran de cobrar comisiones de mantenimiento en la cuenta en la que cobraba la nómina. Era un simple detalle, 10€ anuales.
Respuesta a mi solicitud: Pasaron de mí como de la m*** .
Respuesta por mi parte: devolución de tarjeta, traspaso de ahorros, cancelación de cuenta, cambio de nómina.
Casi 150€ que me he ahorrado en comisiones de Caja Duero y 1200€ que he ganado con la nueva entidad.
Y por supuesto, Caja Duero, nunca mais ni por todo el oro del mundo.