Hola Borodin
aunque te diriges a Margrave, me permito enviar un pequeño análisis de esta obra tan impactacta.
Salud
LA MUERTE DE MARAT
JACQUES-LOUIS DAVID.
1783
165 X 128 CM
Jean Paul Marat era doctor, científico, escritor, político. Hablaba inglés, castellano, italiano, alemán.
Era el editor del periódico ‘L’ami de Peuple’.
Se dedicó a la política para ayudar a la revolución francesa.
Tenía una enfermedad de la piel contraída al esconderse de la policía Royal en los desagües de París. Por eso debía pasar horas sumergido en una bañera, con baños medicinales, en la que sobre una tabla de madera, trabajaba; y cubría su cabeza con un turbante impregnado en vinagre, también por su enfermedad.
Muere a los 49, el 13 de julio de 1793 asesinado por Charlotte Corday, partidaria de la aristocracia que lo engañó para entrar a verlo y apuñalarlo.
David (174-1825)
Fue autoridad máxima nacional en cuestiones artísticas durante el periodo jacobino (1793-1794). Al caer Robespierre, fue perseguido y encarcelado.
Después de liberado trabajó para Napoleón.
Amigo de Marat
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Es un retrato para inmortalizar y hacer un mártir de Marat. Encargado por la Asamblea Nacional, está pintado con iconografía religiosa del pasado. La obra fue encargada en el momento de los hechos, el fervor popular reclamaba la veneración del ídolo asesinado y fue terminada en tres meses. Durante la Restauración, su cotización cayó a nivel ínfimos debido a su carga política y revolucionaria y no encontró comprador en una subasta de 1821.
Es una de las obras más destacadas de la pintura moderna, por su dramatismo y realismo, narrada con simplicidad y lenguaje estilizado.
Su valor consiste en transformar un asesinato en una obra de arte universal.
Tiene una interpretación en clave de lectura religiosa: idea de martirio y sacrificio, posición del cuerpo, la herida del costado, los objetos y su connotación de reliquias.
Marat agoniza en un baño de sangre, todavía agarra la plumilla en posición de escribir y con la izquierda sostiene el papel entregado por su asesina Charlotte, en el que le pide ayuda por ‘la terrible desgracia que tengo me da derecho a pedir vuestra amabilidad’.
Marat tiene los ojos cerrados, sonrie con tranquilidad. Su brazo cae en la misma posición de Jesucristo en el Descendimiento de la Cruz de Rubens.
La herida mortal y el cuchillo están en la sombra, la carta de Charlotte iluminada.
Los pliegues de la tela crean una gran armonía y sensación de realismo.
La mitad superior del cuadro está oscura, con lo que el pintor quiere dar una amarga sensación de incertidumbre.
La tonalidad predominante de contrastes armónicos es conseguida por la mayoría de tonos sienas y ocres, despertados por el verde olivo de la tela, que sirve para enfatizar la sangre sobre el blanco de las toallas.
La composición es monumental. La bañera a modo de féretro, la posición que recuerda a la clásica iconografía renacentista y barroca, pero con lenguaje propio del neoclasicismo, sin artificios.
Algunos músculos se encuentran en tensión, como si aún estuviera vivo Marat, otros están sin vida. Con ello el artista busca otorgar un cierto aire místico a su amigo.
Un papel encima de la caja de madera dice ‘tu le darás este dinero a la madre de los 5 niños de quien su marido murió defendiendo la patria’, así el pintor pone a Marat como un héroe que ayuda a las personas con dificultades.
El dinero y la nota están muy cerca de la orilla de la caja de madera y entran en el espacio del observador.
Abajo, en primer plano, el cuchillo y la pluma. Arriba nada, un fondo abstracto, sin vida. De la presencia tangible de las cosas a su desolada ausencia, de la realidad a la nada, del ser al no ser. El borde de la tina, cubierto a medias por una tela verde y a medias por una sábana blanca, es la línea que separa las dos regiones, la de las cosas y la de la nada.
El espacio está definido por la sobria y esquemática contraposición de horizontales y verticales. En la región intermedia muere Marat. No se describe el asesinato, la violencia, el sufrimiento, sino el paso del ser a la nada.
En el cuadro hay una decidida contraposición de sombra y luz, pero no hay ninguna fuente luminosa que lo justifique como luz natural. Hay luz en vez de vida y sombra en vez de muerte. Destacan fríamente las escasas manchas de sangre que señalan el culmen de esta tragedia sin voces ni gestos.
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