Empatia inversora
Creo que una de las mejores cualidades del ser humano es la empatía, que según la RAE es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Y cuanto más cercanos estamos a la situación que contemplamos, más empatía sentimos: un escalador que ha vivido en sus carnes la experiencia de la montaña puede sentirse más próximo a los problemas de alguien que lucha por alcanzar una cumbre que alguien que sólo imagina la situación y una mujer que ha sido madre puede comprender mejor los dolores de parto que un hombre. Creo que es algo común a todos, y a mi me pasa que cuando hay desplomes bursátiles siento empatía por todos aquellos pequeños inversores que han considerado la bolsa como un método de ahorro en el que lo único que hay que hacer es comprar y esperar ya que yo he sido uno de ellos durante muchos años y puedo comprender su frustración, su mala suerte (como la que han tenido los accionistas de Repsol e Iberdrola esta semana por ejemplo) y también entender sus errores ya que –como he dicho muchas veces- los he cometido casi todos. Y aunque hace tiempo que mi operativa no tiene nada que ver con eso es en esa mayoría en la que pienso la mayor parte de veces que escribo algún artículo sobre bolsa. Estos días me han llegado algunos mails de personas que están enganchadas en bolsa española, en valores que compraron por su fortaleza, por su dividendo, porque estaban baratos, porque en un foro lo recomendaban mucho, porque los analistas decían que iban a subir…etc.etc. y que no saben qué hacer. Y hay millones –sí, sí, millones- de españoles que están en una situación similar. Desgraciadamente, aunque por supuesto sé la respuesta que esperan (“aguanta que ya subirá”), a estas alturas yo tampoco lo sé. Pero puedo dar algunas ideas:
•Si uno tiene un sistema que le da dinero, ya puede venir Warren buffet en persona o George Soros a criticarlo, que debe defenderlo a capa y espada y debe sustraerse de lo que puedan decir los “gurús” y por supuesto lo que pueda pensar un cantamañanas como yo. Pero si no es así y mira su cartera y calcula que si lo vendiera todo perdería un 10% o más…entonces debe ser honesto y replantearse si los argumentos para invertir en los que cree están equivocados. Lo he dicho muchas veces, la cuestión es ganar dinero, no llevar razón, el ego hay que dejarlo para otras actividades en las que no se pueda perder en unas horas el sueldo de un mes.
•La idea de que algo según baja de precio más barato es puede ser cierta en el supermercado pero no en la bolsa. Un valor no es barato porque su precio sea inferior al de ayer, lo es si mañana está más caro. Las acciones de Apple comenzaron 2012 cotizando a 405$, en 2 años habían doblado su precio y sin embargo estaban baratas porque 3 meses después se podían vender por encima de 600$; por el contrario, Santander empezó este año cotizando a 6 euros, habiendo perdido un 50% de su valor los dos años anteriores y sin embargo estaban caras porque 3 meses después valían menos de 5€. Y sé que es muy difícil asimilarlo porque estamos acostumbrados en nuestra vida cotidiana a pensar que algo que está más barato que ayer es mejor para comprar que algo que está más caro pero es que no debemos confundir lo que compramos para consumir que lo que compramos para vender.
•De nada sirve lamentarse ni asombrarse de lo aparentemente irracional de algunas valoraciones ya que nadie sabe cuál es el precio de algo, es un concepto totalmente subjetivo ya que está sujeto a lo que alguien quiera pagar. Muchos análisis de bolsa insisten en manejar datos y previsiones –rara vez acertadas- que valoran las cotizadas como si fuéramos a adquirir la compañía y necesitáramos conocer los entresijos del balance y no es el caso. Tan sólo pretendemos comprar para vender en un futuro con beneficio, nada más. Si una mayoría decide vender a precios más bajos, el precio baja y sube si una mayoría decide comprar a precios más altos, eso es lo único que vale; si en las cotizaciones pesaran tanto los fríos datos no se moverían constantemente todos los días, sólo lo harían cuando hubiera nuevas noticias y desde luego no es así, influye más (como se puede ver en el gráfico de abajo) por ejemplo la labor de los bancos centrales. Y por supuesto que los mercados son ineficientes y muchas veces exageran los movimientos pero al igual que no es aconsejable ponerse delante de una estampida, tampoco lo es, para un pequeño inversor, comprar cuando todos venden o vender cuando todos compran, es mejor esperar a ver el cambio de dirección de la manada y unirse a ella. Por eso yo no me canso de repetir que hay que intentar seguir la tendencia y no posicionarse contra ella.
•Mi punto de vista siempre es el de limitar las pérdidas, cada uno debe decidir el porcentaje que está dispuesto a asumir pero llegado el momento debe vender. De nada sirve lamentarse ahora si en su momento no se siguió la norma y lo habitual es que quien esté aguantando una posición en la que pierde mucho no sólo no piense en cortar las pérdidas, además su tentación sea doblar la posición. Y sé que es una tentación muy fuerte, yo la he vivido y he caído en ella a veces pero ante eso yo planteo: ¿Por qué ponerlo todo en un mismo valor, por qué arriesgarse si hemos visto incluso compañías líderes como Yahoo, Nokia o Kodak hundirse –literalmente- en bolsa? Si alguien está convencido que el mercado va a subir y ya tiene una posición en un valor, mi consejo es que compre… pero no en el mismo. Si acierta, con lo que gane en el segundo compensará lo que pueda perder en el primero pero sin meter “todos los huevos en la misma cesta”.
Y por decir algo de la actualidad semanal la sobreventa y el vencimiento de futuros bursátiles de hoy han ayudado esta semana a tranquilizar a algunas bolsas, algo de lo que no ha podido aprovecharse el Ibex por las malas noticias corporativas de Repsol e Iberdrola y la creciente desconfianza hacia sus bancos. En cualquier caso la tensión en los mercados de deuda de algunos países de la €zona es una losa muy pesada que, según el consenso, sólo BCE puede ayudar a levantar, al menos en el corto plazo, si bien yo creo que es la UE, prorrogando un año o dos el objetivo de déficit del 3% en 2013, el que más fácil lo tiene. Menos mal que a malas España puede estar casi 3 meses sin emitir gracias a lo que emitió de más los dos primeros meses, algo que aplaudí en su momento y que a la postre parece de las mejores decisiones que han tomado los nuevos dirigentes económicos.
Droblo