El problema de fondo es que se enfrenta en tres años a vencimientos de deuda por valor de 500 millones de euros -estos compromisos suponen más del 60 por ciento del total de la deuda financiera- y que la banca se negó a llevar a cabo una reestructuración.
Fuentes financieras consultadas por este periódico aseguran que el barco empezó a zozobrar después de la negativa del Banco Popular y Novacaixagalicia, algo que ambas entidades han desmentido sin embargo tajantemente, insistiendo en su confianza en la viabilidad de la empresa presidida por Manual Fernández Sousa. El primer acreedor financiero del grupo es, no obstante, el Sabadell, con 200 millones; seguida por Novacaixagalicia y La Caixta con 150 millones cada uno y por el Popular con otros 100 millones más.
El año pasado la empresa cubrió de sobra sus vencimientos, por importe de unos 200 millones de euros, gracias a la ampliación de capital y a una emisión de bonos de otros 160 millones de euros. Pero ahora la situación es distinta. Necesita la refinanciación y la banca, sobre todo la nacionalizada, como es el caso de Novacaixagalicia, no está dispuesta.
Compromisos en 2013
Los vencimientos de deuda para el presente ejercicio son los más bajos del trienio al tener que hacer frente a poco más de 114 millones de euros, pero a partir de 2014 se inicia la marejada, con compromisos de pago durante los dos años siguientes por 380 millones de euros.
Pescanova tiene en total compromisos con bancos y cajas por un importe de 830 millones de euros y el problema es que a esa cantidad hay que añadir deudas con los acreedores comerciales por otros 492 millones más. Todo eso con un ebitda (resultado bruto operativo) en el último ejercicio, a falta de las cuentas de 2012, de 183 millones de euros.