Los Amodio contratan a Pérez-Llorca para rescatar Abengoa con los minoritarios
La compañía traslada la propuesta a los acreedores y la SEPI
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Los Amodio se han lanzado con artillería pesada al rescate de Abengoa. Han contratado al bufete de abogados Pérez-Llorca, experto en adquisiciones complicadas. El grupo de ingeniería confirmó el viernes que ha recibido una oferta no vinculante para comprar la filial operativa del grupo, Abenewco, por parte de los minoritarios agrupados en AbengoaShares, la familia mexicana –el primer accionista de OHL– y las energéticas EPI Holding y Ultramar Energy. Abengoa se ha comprometido a trasladar la oferta a sus acreedores financieros, y la propia firma analizará su viabilidad.
Los Amodio están armando su propuesta para salvar Abengoa de la mano del despacho que logró que triunfara la opa de Letterone sobre Dia en 2019. La implicación de los primeros accionistas de OHL es total, y, de hecho, quien pilota las negociaciones es Luis Amodio, actual presidente del grupo constructor. Es quien ha estampado su firma en el documento de la oferta no vinculante. Las otras rúbricas son de Salvador Rivero, presidente de Ultramar Energy, y de Clemente Fernández, que lidera la plataforma AbengoaShares.
Este consorcio ya ha sondeado al Gobierno, con la SEPI como pieza clave de la operación, pues debe aportar 249 millones de euros, así como a los acreedores, según fuentes próximas a estos inversores. La música de esta nueva hoja de ruta no suena mal a los implicados. Al menos, es una alternativa al concurso de acreedores que previsiblemente desembocaría en la liquidación.
Santander es la entidad con más exposición a Abenewco, especialmente en avales, pero también están presentes CaixaBank, KKR, Alden y Melqart. El papel del ICO y de Cesce volvería a ser crucial, ya que deberían aportar sus escudos.
Lo planteado implicaría la inyección de los Amodio, de la hongkonesa EPI Holding y de la británica Ultramar Energy de un total de 32,5 millones de euros en capital: 25 millones directamente y otros 7,5 millones a través de bonos convertibles en dos años. Estos inversores prestarían además 135 millones.
El papel de los accionistas minoritarios se limitaría a la inyección de capital, en los mismos términos que los planteados por los otros rescatadores. Así, el grupo de los Amodio, Ultramar y EPI se quedaría con un 35% de Abenewco y la sindicatura tendría el mismo porcentaje.
La operación se estructura de manera similar a la que planteó la propia compañía el pasado 18 de marzo. En ese plan de salvamento, el inversor externo sería el fondo con sede en California TerraMar, que inyectaría 200 millones de euros, 50 de ellos en capital. Esta hoja de ruta no cuenta con el visto bueno ni de la SEPI ni del ICO ni de los principales acreedores, según diversas fuentes implicadas, como publicó CincoDías el pasado jueves.
La gran fricción, además del miedo de la SEPI a involucrarse en una compañía con una viabilidad en entredicho –y más tras los recelos que ha suscitado su intervención en la aerolínea Plus Ultra– está en la liquidez y los avales que deben inyectar los acreedores y que después han de ser blindados por el ICO y por Cesce. El plan con TerraMar contempla la inyección de más de 500 millones en avales y liquidez. Y esta cuantía tendría que incrementarse de manera notable, según las fuentes financieras consultadas. El retraso de ocho meses desde el preacuerdo para el tercer rescate está pasando factura al grupo, en la cuerda floja desde 2015.