esde entonces los inversores han ido recogiendo beneficios. Pero el verdadero descalabro bursátil (superior al 29%) no comenzó hasta hace dos semanas, cuando Abengoa vendió el 4,17% del capital que poseía en autocartera, con un descuento del 3% respecto al precio de mercado. La compañía argumentó entonces que nunca había querido tener títulos y que la única razón para acumularlos era dar salida a los titulares de convertibles.
La operación disparó las alertas del mercado, que teme que Abengoa tenga problemas de liquidez. Esto provocó un goteo de ventas en las acciones de la empresa, que se vio agravado por la pérdida de niveles clave (particularmente, la cota de los 2,49 euros). Las ventas se hicieron extensivas a la deuda de la compañía, que cotiza en el mercado secundario.
Abengoa quiso entonces aplacar los ánimos y adelantó algunas cifras de los resultados del segundo trimestre (que no se presentaron de forma oficial hasta ayer, tras el cierre del mercado). Sin embargo, las cifras adelantadas no consiguieron despejar del todo las dudas.
¿Qué cabe esperar del valor a partir de este momento? Los analistas consideran que el varapalo que ha sufrido la cotización es irracional. El 47% recomienda tomar posiciones en el valor y el consenso sitúa su potencial alcista en el 87%, hasta los 3,84 euros. Ahora bien, advierten de que Abengoa es una compañía muy propensa a sufrir altibajos en Bolsa, por lo que sólo recomiendan tomar posiciones a los inversores con mayor tolerancia al riesgo.