Entrevista al CEO
«Soy un enamorado de la producción, ganar dinero es lo que menos me importa»
El presidente de Lingotes Especiales celebra que, tras más de 20 años, su empresa suministrará piezas a Renault España
Con los precios de la energía y la materia prima no podemos hacer mucho; nuestros esfuerzos son de puertas adentro
La empresa vallisoletana Lingotes Especiales, que celebra mañana junta de accionistas, obtuvo en 2013 un beneficio de 2,5 millones, diez veces más que el año anterior. Su presidente, Vicente Garrido Capa, acaba de regresar de la India de firmar un acuerdo con Setco Automotive para crear conjuntamente una empresa gemela de Lingotes, que fabricará productos de fundición de hierro mecanizados para la industria de la automoción y otros sectores industriales en la que la firma vallisoletana aporta la tecnología. «Nuestros clientes son globales –explica– y necesitan proveedores globales». Su próximo proyecto pasa por implantarse en Estados Unidos.
–Con las cuentas que va a examinar la junta de accionistas mañana, no dirá que Lingotes no ha salido de la crisis...
–Pues sí, en 2013 hemos remontado bastante, pero si la pregunta es si el camino de salida es una curva por la que subir como si nos deslizásemos cuesta abajo diría que no, que la remontada es a base de escalones. Hemos solventado 2013 gracias a las medidas que hemos tomado y en 2014 puede haber algo de estancamiento. Hay que tener en cuenta que en España suben las matriculaciones el 15% y eso es bueno, pero suben sobre una base que era muy pequeña porque habían caído el 50%.
–¿Cuáles son esas medidas que han tomado?
–Antes se decía que las compras había que hacerlas al día. Pues ahora hay que hacerlas a la media hora. La calidad se presupone, así que hay que elegir las materias primas más baratas. En fabricación ha habido que analizar todos los procesos para eliminar los gastos inútiles y mejorar las máquinas para producir más con menores costes. Trabajar y fundir en las horas de tarifa eléctrica más barata, o mejor dicho, en las menos caras. En la parte comercial, el proceso ha sido de machaconeo, de visitar a todos los clientes que tenemos y a los posibles. Habremos hecho seiscientas ofertas de piezas nuevas a la clientela, de Turquía a Inglaterra, y habrán llegado a buen fin cuarenta o cincuenta, que suponen cien mil toneladas al año.
–¿Qué clientes son los más duros?
–Los alemanes. Protegen mucho su mercado interno y a sus proveedores y, aun así, hemos logrado entrar. La suma de un centimillo por aquí y otro por allá acaba por dar resultados. Y lo hemos hecho sin pedir sacrificios extra, sin prescindir de nadie y sin bajar los salarios, como recomiendan algunos. Hasta los hemos subido un 10% en los últimos años. En fin, las medidas que hemos tomado han sido las normales... las que debía haber tomado nuestro Gobierno: quitar gastos superfluos, quitar subvenciones empresariales, sindicales y políticas y quitar empresas públicas. De esa manera, la deuda no habría subido del 50% al 100% del PIB. Pero bueno, las medidas que ha tomado Lingotes las han apoyado los seiscientos que estamos involucrados en la empresa.
–Aspirar a pasar de una facturación de 57 millones en 2013 a otra de 65 este año, como comentó su director comercial el otro día en un foro de El Norte, es subir un escalón muy alto. ¿Cómo van a conseguirlo?
–Ofreciendo servicio y calidad a toda la clientela actual y a la nueva, manteniendo el esfuerzo en los precios y apoyándonos en la investigación para desarrollar nuevos y mejores productos.
–La reducción de costes, ¿es un proceso que no termina nunca?
–Con los precios de la energía no podemos hacer mucho. Con los de la materia prima, de la chatarra, tenemos que seguir trabajando porque tiene unos picos tremendos, pero también estamos muy limitados. Para competir tenemos que esforzarnos, sobre todo, de puertas adentro. Siempre digo que una cosa es la productividad y otra la competitividad. Pero muchos las confunden. Uno puede ser muy productivo y nada competitivo. Si nosotros por tonelada de hierro gastamos 0,8 kilovatios y nuestro colega de enfrente gasta un kilovatio, nosotros somos mucho más productivos. Pero si a mí el kilovatio me cuesta el 30% más, entonces no soy competitivo. A una fábrica no se le puede exigir competitividad; se le puede exigir productividad. La gestión comercial y económica es la que tiene que lograr la competitividad.
–En 2013 exportaron hasta el 80% de la producción. ¿El sector exterior es una ventaja sin ningún inconveniente, o esconde riesgos?
–Todo lo que sea abrirse al mercado mundial es para mejor. Porque, vamos a ser sinceros, el mercado interior no lo da. Además, se da el caso concreto de que Lingotes deja en Valladolid siete millones en nóminas, otros siete millones en impuestos, un millón y medio en Seguridad social, unos cuanto millones más en proveedores locales... y, sin embargo, en Valladolid no vendemos no ya ni un euro... ni una peseta.
–¿Le duele que Renault España no esté entre sus clientes?
–Les suministramos hasta el año 93. Desde entonces, nada, cero. Me parece una cosa anormal y anómala, que no tiene sentido. Sobre todo porque a Renault, en París, sí le vendemos mucho. Así que nuestra calidad y nuestro precio deben ser buenos, o no nos comprarían. Pero bueno, estamos en contacto, ahora tenemos buena relación y creo que vamos a suministrar una pieza a Palencia para el modelo que va a hacer a medias con Nissan.
–No han reducido la plantilla, ¿es correcto? ¿La incrementarán si mejora la situación?
–Hicimos un ERE (de suspensión temporal) a finales de 2012 para no tener que reducirla. Si volviésemos a producir como en 2006, necesitaríamos cien personas más... pero lo veo difícil.
–Recientemente, Lingotes ha patentado un disco aligerado, tras invertir dos millones en su desarrollo. ¿La I+D es un camino a seguir sí o sí?
–Gastamos en I+D el 2% de la facturación porque es imprescindible cuando estás en un sector tecnológico. El que fabrica palillos, igual no lo necesita. El automóvil, siempre en busca de mayor seguridad y menor contaminación, no tiene otro camino. Para reducir el consumo de carburante es necesario rebajar el peso de los componentes del coche.
–¿Qué espera obtener de la 'joint venture' con la firma india Setco Automotive?
–Lo primero entrar en el mercado asiático, porque el que no esté ahí, no cuenta. Visitamos también Corea y China hace seis años y nos gustó más la India. La región que hemos elegido, en el área de influencia de Bombay, es donde más fácil acceso hay a la energía. India va unos 25 años por detrás de China, pero tiene un desarrollo tremendo. El año próximo, el 15 de febrero, tienen que empezar a funcionar las máquinas. Me conformo con que sea en mayo.
–Y en números, ¿qué espera que aporte a Lingotes?
–Es lo que menos nos importa. En toda mi vida, mi objetivo no ha sido ganar dinero. Soy de los que piensa que el dinero es solo una consecuencia. Yo soy un enamorado de la producción y a los servicios los miro por encima del hombro. Agricultura, minas, industria... valor añadido; no especulación, que solo hace rico al que la hace y crea miseria a su alrededor. Queremos tener presencia en Asia porque nuestros clientes están en todo el mundo y quieren tener proveedores globales. A Ford le gusta mucho tener fábricas en Alemania, en Inglaterra... pero también en Asia y así nos lo dijo. De aquí a Inglaterra mandamos las piezas por Seur, pero a Asia no podemos. Ayer mismo, nada más volver del viaje, tuvimos una llamada de uno de nuestros clientes más importantes. Nos felicitó por la iniciativa y ya nos preguntó si nos podía hacer un pedido para su fábrica de la India.
–Y los planes de implantación en EE UU, ¿en qué consisten?
–Lo mismo. Será a petición de nuestros clientes. Lo tenemos ya estudiado y en cuanto nos lo pidan, lo pondremos en práctica.
–¿Reproducirán la operación, con un socio local?
–No, en principio allí haríamos mecanización. Llevaríamos el producto desde la fundición de España o desde la India, lo que sea más barato, y estaríamos preparados para hacer el suministro, como quien dice, a pie de obra. Ya hemos entablado relaciones con la Agencia de Desarrollo de Carolina del Sur y estamos listos.
–¿Puede ser este mismo año?
–Tanto como este año, no lo veo. Pero desde luego allí no tardaremos los dos años de trámites del proyecto con Setco. En EE UU es todo más fácil. Después de ir a la India, ir a Nueva York es como ir a Valverde de Campos. Temperamentalmente están acostumbrados a otra forma de hacer las cosas. Tienen una gestión y una Administración mucho más ágil. Además, al no hacer planta de fundición, solo de mecanización, podríamos ponernos en marcha en un mes.
–¿Y Lingotes tiene músculo para asumir el proyecto a solas?
–Podríamos. Pero tenemos varias opciones, porque nuestro socio indio tiene una planta en Tennessee, así que también es otra posibilidad.
–¿Lingotes Especiales no tiene problemas de financiación?
–Nada. No somos millonarios, pero no tenemos ningún problema. Nunca hemos ido a la Junta a pedir nada, como es usual.
–Pero al banco sí habrán ido...
–Todavía ni al banco. Cuando haga falta, sí iremos al banco, no a la Administración, que debería gastar el dinero no en los empresarios, sino en sanidad y educación.
–¿Cómo se ha repuesto Lingotes del fallecimiento prematuro de Javier Muruzábal, que ejercía de consejero delegado?
–Afectivamente, la muerte de mi yerno ha sido un golpe muy duro. El proyecto de la India, precisamente, lo inició él hace tres años. Hemos preferido no fichar a nadie para sustituirlo y alimentarnos de la gente de la casa, que ya está formada. Entre Félix Cano y yo, con otros dos o tres, hemos suplido su puesto. Con lo que me costó ir a la India la última vez, que pensaba ya no tener que volver...
–Lingotes Especiales acaba de cumplir 25 años en Bolsa. El último año, la acción se ha revalorizado casi el 11%, ¿está satisfecho de haber apostado por hacer de LE una empresa cotizada?
–Nos gusta que se revalorice, pero en realidad el valor de la acción, que suba o que baje, no se corresponde con lo que vale la empresa, sino que su cotización depende más de si el presidente de EE UU coge una pulmonía. Pero ha sido positivo, sobre todo por lo que supone de transparencia.
–¿Caja España ha salido ya del accionariado? ¿Querría que entrase alguien en particular?
–Compró el 10% en el mercado y en los últimos consejos de administración no ha asistido a ninguno. Sé que tiene que vender por mandato de Bruselas, pero me da igual a quien se lo venda. Si quiere vender en Bolsa, bien. Igual las compramos como autocartera, aunque tampoco es que lo deseemos.