Es bastante absurdo hablar de préstamos ecológicos, o petroleras verdes. Lo más ecológico es el consumo de proximidad, andar o ir en bici y usar el transporte público. Y consumir lo estrictamente necesario.
Todo lo demás, propaganda barata. Hablar de préstamos verdes ya es la estupidez máxima, pero de la Botina no se puede esperar otra cosa.