La virtud de la ignorancia - ¿Es todo una gran mentira?
Consejos traigo que para mi no tengo
Diversidad de intervinientes
En el mundo de la especulación y la inversión existe una amplia variedad de individuos cuyas actividades conforman y enriquecen el paisaje financiero. Su existencia es necesaria para mantener el equilibrio entre la incertidumbre de los mercados, la necesidad de ganar dinero y el propio comportamiento humano ante lo desconocido. Entre otras, se da la paradoja de la existencia del analista financiero que vive de sus consejos y la del inversor que vive de las operaciones efectuadas según los consejos del analista. En la mayoría de los casos los analistas suelen ser quienes menos creen en sus propios vaticinios y aunque tenuamente dedican un pequeño porcentaje de su patrimonio a "pruebas" o para pagarse la cena del sábado, los pocos que pretenden vivir de la bolsa analizando acaban comprendiendo que la única manera de hacerlo es vendiendo sus estudios y conocimientos a los demás. Y es obvio que si un analista fuera realmente bueno acertando en sus predicciones de manera continua y persistente, en poco tiempo dejaría de serlo y se convertiría en un inversor. Si supiera cómo ganar dinero se asociaría con otros inversores para potenciar las ganancias o simplemente crearía un fondo de inversión, procurando ocultar sus secretos en lo más profundo del cajón. Desgraciadamente los mercados se mueven porque este el mundo financiero no destaca precisamente por su altruismo y solidaridad hacia otros miembros del mismo gremio. Evidentemente quien dedica su tiempo a decir cómo ganar dinero, precisamente es de éso de lo que no tiene ni idea.
Ojos que no ven, corazón que no siente
Quien no se moja no coge peces. Esa es la razón por la cual los inversores son quienes ganan mucho dinero en bolsa y los analistas quienes ganan calderilla de los inversores. Un inversor toma las decisiones basándose en los diversos estudios, medias, sondéos que publican los analistas. Y quienes lo ganan en un momento dado (y lo pierden en otro momento dado) son ellos, porque actúan, mueven y arriesgan su dinero. Y lo hacen porque en realidad confían en la información que obtienen de terceras personas que les convencen y maravillan de la calidad de sus estudios, sin percatarse de que quien le está ofreciendo el consejo no apostará un euro por el éxito de ese consejo. Bueno, un euro quizás si. La verdad es que un analista no invierte su dinero o el que pudiera conseguir prestado porque en el fondo no cree en lo que hace.
Empapados de realidad
El investigador sabe que gran parte de las veces sus estudios resultan fracasos. Y lo saben porque esa es la realidad de los análisis, la ambigüedad de controlar lo incontrolable, de buscar caras de Bélmez en la pared, nubes con formas de objeto o numerologías. La estúpida creencia de que a más limitemos las operaciones con stops más protegidas estarán es lo mismo que pagar dinero a un mafioso para evitar que nadie nos extorsione. Evidentemente a más cerca coloquemos un stop de la apertura, más probabilidades habrá de alcanzarlo y cerrar en pérdidas. No verás a un científico experto en radiación saltear entre los escombros de un desastre nuclear, para la limpieza envían personal ignorante del peligro de su exposición. Un general de los ejércitos no lidera la batalla, se queda en la retaguardia esperando porque duda del éxito de su estrategia. Un virólogo no se acercará a un enfermo infeccioso, dejará esa labor a otras personas más prescindibles. Un experto en informática, reconfigura su móvil desactivando el GPS, no abre archivos adjuntos dudosos y no sube fotos comprometedoras en las redes sociales. Un cocinero de tasca, come en su casa. Porque no hay más felicidad que la ignorancia y porque ojos que no ven, corazón que no siente. Al igual que quienes no creen o no desean creer en la existencia de dios pero muy en el fondo albergan la gran duda que en ocasiones florece, todos los analistas sufren muy en el fondo la gran duda de si tiene algún sentido intentar predecir el futuro basándose en datos presentes y pasados. Una duda similar que todos albergamos, después de comprobar que en este mundillo abundan los fantasmas que cuentan sus éxitos y callan sus fracasos, los vende-humos interesados, o simplemente los ególatras tan ansiosos de reconocimiento que lo buscan aun cimentándolo sobre mentiras y falsedades. Y la inmensa mayoría de individuos restantes son asaltados constantemente por la misma duda ... ¿Es verdad o es falso, lo que mueve este mundillo? ... y si lo es, ¿cuanto hay de cierto y cuanto hay de mentira? Saludos.