Con una Grecia encaminada a un posible impago y quiebra, el mandatario griego le dijo a su equipo de negociación antes de que presentara una contrapropuesta a Bruselas que sin alivio de la deuda diría que "no" a cualquier acuerdo con la UE y el FMI que aísle a su país del resto de Europa.
En poco más de dos semanas, Atenas debe repagar 1.600 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) con dinero que no tiene.
Los ministros griegos llegaron el sábado a Bruselas para retomar las negociaciones con acreedores internacionales sobre un ansiado acuerdo de "efectivo a cambio de reformas", que el jueves terminó en punto muerto.
Grecia habría elaborado una contrapropuesta ofreciendo concesiones presupuestarias con la intención de romper el estancamiento que amenaza al futuro de Grecia en la zona euro.
Tsipras, que fue elegido en enero Primer Ministro con promesas de acabar con la austeridad, dejó claro que estaba dispuesto a ceder terreno, pero era muy poco probable que aceptase las condiciones marcadas por la canciller alemana Angela Merkel.
"Si estamos en una posición sostenible, sin importar lo difícil que sea el compromiso, vamos a asumir la carga porque el único criterio es salir de la crisis y el rescate", dijo una fuente gubernamental refiriéndose a declaraciones hechas Tsipras a los ministros el viernes por la noche antes de partir hacia Bruselas.
Tsipras usó el término "solución sostenible" para referirse a su demanda de que buena parte de la abultada deuda de Grecia sea condonada, algo que considera vital si la economía griega quiere iniciar una recuperación después de una crisis de cinco años.
Gran parte de esa deuda se debe a Alemania, el mayor contribuyente de los 240.000 millones de euros de los rescates a Grecia. Cualquier aceptación por parte de Merkel de que el dinero no podría ser devuelto crearía con toda probabilidad alboroto entre políticos y contribuyentes en su país.
Tsipras también señaló que, sin alivio de su deuda, rechazaría cualquier acuerdo que aislase a su país del resto de Europa, tales como las demandas de los acreedores de descolgar a los trabajadores griegos de los convenios colectivos - algo que los sindicatos en otros consideran intocable-.
"Si Europa quiere la división y la continuación de la subyugación, tomaremos la gran decisión de decir no y batallaremos para defender la dignidad de las personas y nuestra soberanía nacional", dijo.
PRESIÓN PSICOLÓGICA
El portavoz del Gobierno heleno, Gabriel Sakellaridis, destacó más detalles sobre la posición de negociación, como el superávit primario, el saldo presupuestario que excluye pagos de la deuda y las demandas de los acreedores de más austeridad para unos ciudadanos que ya han reducido radicalmente su nivel de vida.
"El gobierno busca una solución que incluirá un alivio de la deuda, pequeños superávit primarios, sin recortes ni en salarios ni en pensiones, un paquete de inversión y la reactivación de la economía", dijo al diario Agora.
"El alivio de la deuda no es una obsesión ideológica o un movimiento simbólico, sino una condición necesaria para aliviar a los ciudadanos y reactivar la economía", agregó.
El viernes, funcionarios de la UE dijeron que los representantes de los estados miembros de la zona euro habían discutido formalmente una serie de escenarios, incluyendo por primera vez un posible impago de Grecia al vencimiento de deuda del Fondo Monetario Internacional previsto para finales de mes.
Atenas, que asistió a una reunión a nivel oficial del grupo de trabajo europeo el jueves, negó que tal escenario se hubiese contemplado.
Un hipotético impago al FMI, el prestamista de última instancia en el marco del sistema financiero mundial tras la Segunda Guerra Mundial, tendría profundas consecuencias. El Banco Central Europeo probablemente tendría que detener los préstamos de emergencia que ofrece a los bancos griegos, que han sufrido enormes retiradas de fondos por la ansiedad de los ahorradores.
Atenas tendría entonces probablemente que responder con controles de capital, poner freno a la fuga de depósitos y pagos en el extranjero en una serie de eventos que pondrían el futuro de Grecia en el euro en grave peligro.
Pero Sakellaridis desestimó tal escenario. "El sistema bancario griego es estable y solvente, está siendo probado todos los días. Las otras teorías son sólo parte de la negociación, una forma de presión (principalmente psicológica)".
El ministro de Finanzas Yanis Varoufakis, ex economista académico, limitó al extremo la posibilidad de que Grecia se vea forzada a abandonar el euro.
"Como ex estadístico, nunca voy a consentir la idea de que hay un evento con probabilidad cero", dijo a la radio BBC. "También es posible que un cometa llegue planeta Tierra ... (pero) no creo que ningún funcionario o político europeo sensible vaya por ese camino".
Varoufakis, que fue apartado de las negociaciones formales desde que en abril fuese criticado por varios de sus colegas europeos, dijo que creía que Merkel "ni siquiera empezaría a contemplar una salida de Grecia de la zona euro".
Preguntado por si la UE y el FMI pudieron haber ido de farol, dijo: "Eso espero".
FUENTE INVERTIA