La existencia de posiciones cortas hace más eficiente al mercado en el sentido de que una acción que está sobrevalorada, por el motivo que sea y alguien lo vea pueda iniciar cortos para beneficiarse de la bajada. Si se prohibieran los cortos, se alcanzarían valoraciones en algunos casos sin sentido alguno.
Prohibir los cortos habría dejado a muchos más pillados en Gowex, por ejemplo, pero gracias a Dios, salió el informe de Gotham y impidió que subiera más y pillase a más gente.
La existencia de cortos en Royal-Imtech, permitió descubrir el fraude real de la empresa, y Marshall-Wace fue criticado por abrir los cortos, pero al final se vió que llevaba razón.
La apertura de cortos por Bridgewater y otros en Dia y otras compañías han impedido que los minoritarios se cieguen por una compañía que comienza a subir y el negocio real se está deteriorando.
Respecto al tema del Popular, es algo totalmente escabroso, y la dizquearbitraria CNMV prohibió los cortos con Bankia y luego con Liberbank tras el escandalo de Popular. Este es el único caso en el que el tema cortos es más peliagudo, pero únicamente por la situación arbitraria que se produjo por parte del regulador. También cabe recordar el caso Banesto, en el que el gobierno y regulador intervinieron el banco únicamente para sacar pingües beneficios para una de las mayores entidades financieras a día de hoy de España, obviando a los accionistas e inversores, al igual que se ha hecho con el Popular.