GN puede unirse a la fusión Iberdrola-Fenosa
Miércoles, 27 de septiembre de 2006
Definitivamente el sector eléctrico se ha vuelto loco. Los responsables de esta enajenación mental son las empresas constructoras que, después de casi 12 años de crecimiento económico, nadan en la abundancia, en una repetición del evangélico milagro de los panes y los peces. La sorprendente irrupción de Acciona en Endesa del lunes, muchas de cuyas claves siguen sin explicarse, precipitó ayer martes la entrada de ACS en el capital de Iberdrola.
La toma de un 10% de la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán por parte de la constructora preludia una próxima, si bien no inmediata al decir de las fuentes, fusión entre Fenosa e Iberdrola, bajo el patronazgo de Florentino Pérez (“hoy es un día importante para mí”, aseguraba ayer) y sus poderosos socios, familia March y Albertos, y la plena anuencia de un Galán que “está totalmente de acuerdo” y que obviamente asumiría la presidencia de la fusionada.
Fuentes próximas al grupo catalán que comanda Repsol y su socio financiero, La Caixa, aseguraban anoche, sin embargo, que “la entrada de ACS en Iberdrola no es una fusión, aunque posiblemente acabe en fusión: de momento, lo que significa es el blindaje de Iberdrola frente a potenciales acciones hostiles”. Y es que en el baile eléctrico todavía pueden pasar muchas cosas. Cualquier tipo de combinación es posible, y desde luego que Gas Natural se convierta en la tercera pata a la fusión Iberdrola-FENOSA: “En estos momentos todos estamos jugando a todas las barajas, todos estamos hablando con todos”.
De fuentes de toda solvencia este diario ha sabido que Florentino Pérez visitó el palacio de la Moncloa a finales de julio pasado para entrevistarse con un Rodríguez Zapatero a punto de salir para sus vacaciones en Lanzarote. El presidente de ACS le expuso su convencimiento y el de sus socios de que Endesa iba a acabar en manos de la alemana E.ON, por lo que era necesario reaccionar para hacer realidad un gran grupo energético español.
El presidente de ACS apuntó claramente a Iberdrola como el objeto del deseo de una eventual fusión con Fenosa (participada por la constructora), y pidió la opinión del Gobierno a una iniciativa semejante. De acuerdo con las fuentes, a la pregunta de cómo vería el Gobierno la operación, Zapatero respondió con evasivas. Ni sí, ni no: que hiciera lo que estimara pertinente.
La visita de Florentino a Moncloa llegó de inmediato a los predios de la Caixa, o más concretamente a los de Repsol, primer accionista de GN, que desde la frustrada cutreopa sobre Endesa ve en Iberdrola el socio natural con el que hacer realidad de una vez por todas esa gran compañía energética de gas y electricidad cuya tercera pata, andando el tiempo, podría ser la misma Repsol.
De modo que la presencia de Florentino en Moncloa provocó de inmediato un primer encuentro entre Antonio Brufau y Sánchez Galán a finales de julio y otro más, del que dio cuenta El Confidencial (ver El Confidencial del 19 de septiembre), a mediados del mes de agosto en la sede madrileña de Repsol YPF.
Aunque ambos encuentros han sido desmentidos a este diario por Galán, de allí surgió una atmósfera plenamente favorable a la idea de esa operación Iberdrola-GN. En un clima bursátil absolutamente bullish, todas las combinaciones eran posibles, toda vez que la aparición en escena de E.ON y el éxito de su OPA sobre Endesa había demostrado la vulnerabilidad de las eléctricas españolas, carente de verdaderos núcleos duros.
La espectacular irrupción en la guerra eléctrica del grupo Acciona dio el lunes un vuelco a la situación. En contra de las protestas del joven empresario, nadie se cree que José Manuel Entrecanales se haya atrevido a saltar a este ruedo sin el visto bueno de un Gobierno Zapatero decidido a bloquear la toma de control de Endesa por E.On. La presencia de Emilio Botín, un hombre con varias causas penales abiertas de difícil solución, como financiador al 100% de la fiesta no hace sino corroborar las sospe