Errores típicos al invertir en bolsa: Si bajan los tipos de interés la bolsa subirá
La regla general, y que además tiene su explicación, es que cuando el tipo de interés baja, la renta fija no resulta tan atractiva como la renta variable, puesto que ofrece una menor rentabilidad. En tal caso preferiremos invertir en renta variable. En el caso contrario, cuando el tipo de interés sube, y esto ocurre casi siempre que la economía va bien, la renta fija ofrece una suculent rentabilidad, y preferimos salirnos de la Bolsa para invertir en renta fija, que además es más segura. Sin embargo, en los extremos, esta teoría no funciona muy bien. Puede valernos de ejemplo lo que estamos viviendo durante esta fase de crisis en la que estamos inmersos desde finales de 2008: al estar en crisis los tipos de interés caen mucho, las empresas comienzas a presentar malos resultados en sus cuentas, y como resultado la Bolsa no resulta tan atractiva, y además, las hipotecas son más baratas, por lo que la gente que tenga dinero invertirá en el mercado inmobiliario. Por el contrario, si suben mucho los intereses por mejorar notablemente la economía (la subida de intereses de hace para controlar el aumento de la inflación típico de una mejora económica), los beneficios de las empresas mejorarán, y la Bolsa será más atractiva. En resumen, esta teoría no es nada fiable, especialmente desde hace algunos años. Puede que históricamente haya funcionado bien, pero tanto en momentos de crisis como de excesiva bonanza, no es fiable. Como ejemplo, podemos ver la evolución del tipo de interés americano de la FED y la evolución en el mismo período de tiempo del índice S&P500:
Se puede ver claramente que desde enero de 2001 hasta junio de 2004 ocurre justamente lo contrario: cuando los intereses bajan el dinero se sale de la Bolsa, a pesar de que la renta fija pierde rentabilidad. En el período comprendido desde julio de 2004 hasta finales de 2007, los intereses han estado subiendo sin parar, y el dinero ha estado entrando continuamente en la Bolsa, cuando se supone que debería ir para la renta fija. Estos no son más que dos ejemplos, pero dan una muestra del peligro que puede ocasionar el aplicar esta teoría a la ligera.