La verdad es que la situación es al menos curiosa, tenemos dirigiendo la compañía una persona que adquirió antes de 31-12-2007 un 0,019% de la compañía seguramente entre 17 y 18 euros la acción que fue nombrado por la Caixa como Presidente de la Compañia (anteriormente había sido director general de la Caixa). Amigismo catalan al más alto nivel. Entonces la Caixa no estaba en bolsa y los dividendos imagino que les daba igual.
Ahora todo ha cambiado. Una empresa como Sacyr apuesta por Repsol y obtiene un préstamo sindicado para adquirir el 20% de la compañía (el 20 no el 0,019) a un precio medio de 26 euros. Esto no es amiguismo es inversión, riesgo y empresa.
Sacyr lleva mucho tiempo luchando por una política de dividendos acorde con los resultados y claro al Sr.Brufau le interesa bastante más, como ha hecho, aumentar sus retribuciones anuales que los dividendos, es más rentable lo primero y que no se trata de discutir pero tiene que ser consciente que la política de dividendos hacen empresa y así mientras los beneficios de repsol crecía nuestros dividendos seguían siendo la mitad, aproximadamente que los de telefónica y casi el 60% de los dos grandes bancos.
Hay que ser más generoso con el accionista y máxime cuando la sociedad no debe un duro y se dan enormes beneficios.
En cualquier caso veo totalmente correcto que Sacyr quiera defender su 20% y si para ello se sindica con Pemex también o es que el Sr. Brufau esta de Presidente por su 0,019%.
Esta vez la Caixa si necesita dividendos, ya cotiza y no es lo mismo y las cosas seguro que van a cambiar.
Lo que menos interesa a Repsol ahora mismo es mantener al Sr. Brufau, que se ha enfrentado a un 30% de la compañía y eso no tiene arreglo. Seria conveniente que Caixa, Sacyr y Pemex naveguen en la misma dirección y para ello hacer falta un nuevo Presidente de consenso y si es necesario un Consejero Delegado.
Todavía no entiendo la oposición de Brufau al nombramiento de un Consejero Delegado por Sacyr y Pemex. ¿Tal vez se le acaba el coto privado?. Debía entender que un 30% de una sociedad debe participar directamente en la gestión de la empresa.