El ajuste de Arcelor Mittal profundiza el ocaso de la industria del acero saguntino
La empresa del metal ha aprobado un expediente de regulación temporal de empleo sobre casi toda la plantilla
Hubo un tiempo en el que las principales compañías metalúrgicas tenían residencia en Sagunto. La reconversión industrial de los años 80 trajo el cierre de los altos hornos, pero el puerto pudo mantener su condición de foco industrial valenciano con compañías de distinta envergadura que proveían a las empresas de la automoción o la construcción nacional y extranjera.
Sin embargo, la competencia asiática está haciendo que las que fueron emblemas del metal saguntino estén bajo mínimos, concursadas o en riesgo de cierre. A esta situación se ha sumado Arcelor Mittal, superviviente de los buenos tiempos, que ha anunciado de forma inesperada un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) sobre la práctica totalidad de su plantilla.
El número de afectados alcanza las 750 personas, contando sólo la planta, y consiste en la suspensión de la actividad distintos días del mes de diciembre. Sin embargo, fuentes sindicales reconocen a LAS PROVINCIAS que las perspectivas para enero de 2016 no son muy halagüeñas. La posibilidad de que en enero se prorrogue esta situación se baraja como probable, si es que no es necesaria la reducción de equipos.
Este mes de diciembre, la empresa tiene previsto fabricar unas 70.000 a 75.000 toneladas, casi la mitad que en octubre y noviembre. Un año antes, ese mismo mes se produjo de 90.000 a 95.000 toneladas. De los cinco equipos para los que está diseñada la factoría de Arcelor Mittal en Sagunto, actualmente están trabajando cuatro, el 80% del potencial productivo. Las jornadas del ERTE se conocerán en breve, pero se da por seguro para los días 24 y 31 de diciembre, además de los festivos que les siguen. El anuncio ha sido especialmente impactante para la plantilla por lo inesperado, aunque ya se firmó otro ERTE en 2009, que se fue prorrogando en el mes de diciembre hasta el 2013. De hecho, se esperaba para este año una carga de trabajo que permitiera que evitara el recorte al igual que se eludió el año anterior. No obstante, es habitual en todos los ejercicios que la factoría produzca a un menor ritmo al acercarse el final de año, debido a que los fabricantes de automóviles no quieren tener ‘stocks’ y recurren a lo almacenado para llegar al 31 de diciembre con el inventario lo más ajustado posible.
Desde los sindicatos se espera que esta situación sea coyuntural, aunque se teme que la evolución de la competencia china tenga efectos en Sagunto. La alta producción a bajo precio de metal está ya notándose en otros mercados. De hecho, en plantas de Reino Unido se han ejecutado 5.000 despidos y en Francia también se han activado ERE, como informan los sindicatos. En el caso saguntino, el beneficio de la planta se puede llegar a reducir dos tercios, según fuentes conocedoras. El efecto se está apreciando especialmente en productos fríos, que son los más baratos y suelen cubrir con sus ingresos los gastos fijos del centro de producción. Más estable se prevé la demanda para la automoción, principalmente por la buena marcha de Ford en su planta de Almussafes.
Esta situación se suma a la que atraviesa Thyssen Ros Casares, a escasos metros de la de Arcelor Mittal. En concurso de acreedores, la subasta de los activos de la empresa ha recogido unas ofertas de compra a un precio muy reducido y está en manos del juez pasarla a liquidación o a una ronda de adjudicación directa. La primera opción es la que resultaría más traumática, ya que incluye el despido de su plantilla. De hecho, estos trabajadores han pedido por escrito al juez que se incline por la oferta que menos despidos suponga, aunque sea a cambio de unos ingresos muy por debajo de las expectativas.
Precisamente, la situación actual de Thyssen Ros Casares se debe al cierre de otro histórico centro de producción, el de Galmed, que surtía a la compañía hispano alemana de materia prima. La decisión de Thyssenkrupp de paralizar la producción de Galmed en 2013 llevó a un enfrentamiento entre la corporación alemana y el grupo valenciano, que denunció en los tribunales esta situación y buscó que se les indemnizara. La respuesta alemana fue retirarse del consejo de administración de la empresa que compartían, lo que significó paralizar la toma de decisiones de la compañía.
Por otra parte, el pasado mes de enero la empresa de componentes metálicos de automoción Bosal entró en concurso de acreedores y solicitó al juzgado de lo Mercantil la extinción con sus 222 empleados. La decisión se comunicó a los trabajadores en Navidades, pidiéndoles que no se reincorporaran tras el día de Reyes, gastaran los días pendientes y pasaran a un permiso retribuido hasta que se oficializaran los despidos.
http://www.lasprovincias.es/economia/201511/20/ajuste-arcelor-mittal-profundiza-20151120110617.html
