¿Qué interés podría tener la familia Mittal en realizar una ampliación de capital con unas condiciones especialmente perjudiciales para los accionistas, siendo así que ellos mismos poseen nada menos que el 39% de unos títulos, que como el resto, han sufrido ya una devaluación demoledora? He hablado con quien lleva muchos años en el mundo de las finanzas, que ha visto ya de todo y que está muy pendiente de todos los detalles relativos a la anunciada ampliación de Arcelor. Preguntado sobre si cabe la posibilidad de una operación acordeón en grave perjuicio de los accionistas, me indica que lo cree muy improbable y que la situación de Arcelor nada tiene que ver con la de las empresas que, como Bankia o General Motors, se vieron obligadas a llevarlas a cabo tras ser rescatadas con fondos públicos y para proteger la posición estatal en las mismas.
Tengo para mí que esta ampliación no tendrá más que el consabido y regular efecto dilución, con la posibilidad de reducirlo vía ejercicio o venta de derechos, y que el proceso en sí elimina incertidumbre y fortalece la posición financiera de la empresa, posicionándola tanto para superar los entornos de mercado más desfavorables, como para aprovechar en ventaja competitiva la salida del túnel. En estas circunstancias, no hay nada mejor que una buena noticia para el medio y largo plazo; y esta lo es.