Me ha encantado la frase: "no trabajo para ir a una boda". ¡¡Es genial!!
Es que no me cabe en la cabeza estar un año o más con los preparativos de una boda.
Tengo casi el doble de edad que tú y pienso lo mismo. Y voy más allá, si tuviera que volver a casarme, volvería a celebrar un día sencillo, con sentimientos de emoción, de ilusión, de alegría, de esperanza, pero no con sentimientos de culpabilidad por haberme gastado tontamente mi sueldo y el de mi pareja en un solo día!!!
Que además, desengañémonos ¡No es el más feliz de nuestra vida! por mucho que nos vendan esa moto. Que conste que estoy felizmente casada, pero sin duda no fue el mejor día de mi vida, ni tan siquiera de mi matrimonio, pero ni de casualidad...
A tu edad, estás como bien dices en la edad mala de muchas invitaciones a bodas, no es por desanimarte, jijijiji, pero luego vendrá la edad mala de muchas invitaciones a bautizos, jejeje... ;-) Y ya verás cuando se empiecen a casar los hijos de tus amigos, jojojojo...
(Es broma, eh, no te vayas a agobiar, jajajaa)
La historia se repite. Me alegro que poco a poco generación tras generación haya cada vez más gente sensata que prefiera gastarse el dinero en algo más práctico que gastarlo a lo loco en 24 horas escasas.
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.