Re: Me voy a Lisboa
Con las contraseñas soy un auténtico desastre, como con los números PIN de tarjetas de móviles y de crédito. Y lo gracioso del caso es que me acuerdo de los números de teléfono de cualquier persona solo por haberle llamado un par de veces. Pero oye, es curioso, me acuerdo de 9 cifras y luego de 4 de un pin ni idea... Vamos ni pun del pin, jajajaaa.
No te empieces a asustar pero mi actitud rankio-lisboética pausada, amable, filantrópicamente diplomática del finstro, no puede durar mucho tiempo ya. Me carga la hipocresía y tragar, pues creo que se puede aguantar hasta un punto. Todos tenemos un límite y cuando éste se sobrepasa, se salta, inevitablemente se salta. Aunque sea soltando pullitas (siempre dudo de si con LL o con Y, ;-) ), pero un día haces plash y explotas.
Quizá quede alguna vez por tonta, o por mala, o por desagradable o por las tres cosas a la vez, pero ha llegado un momento en mi vida en que solo me importa lo que piensan de mí, no ya los que me re-conocen y creen conocerme, sino los que me quieren, que son los que de verdad me conocen a fondo.
"Lo que opinen los demás está demás", como decía la canción de Mecano.
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.