Me parece que eres como mi marido. A él le encantan los árboles en su estado natural, con el crecimiento que la naturaleza les tiene destinado. Uno de los olivos lo fue podando para que creciera hacia arriba, siempre hacia arriba y parece más un ciprés que otra cosa. A Dios gracias, los olivos grandes los ha ido cuidando la forma típica del olivo, que facilita mucho el vareo. Al "ciprés" no hay quien lo varee, vamos, ni con escalera de bomberos, jajaja, está altísimo, jajajaaa...
La higuera te agradecerá la poda, ya lo verás, pero lo tiene que hacer alguien que sepa, porque si no, puedes hacer más destrozo que otra cosa.
El jardinero me enseñó a podar los rosales, antes yo lo hacía de mil amores, pero me crecían hacia adentro. Y ahora, con tres truquitos de nada, crecen hacia dónde los voy dirigiendo. Con uno trepador, me he hecho hasta un arco y los bajitos, (bueno, de casi dos metros de altura) están preciosos.
Busqué lo de Juana porque ni me sonaba la poesía y no soy capaz de acostarme quedándome con la intriga. No sé si será ansia de culturizarme o cotilleo, pero me viene bien. La próxima vez que me hablen de ella, ya sabré quién es, dónde nació y qué obras ha realizado en su vida. Nunca te acostarás sin saber una cosa más, hay que aprovechar la vida.
Un abrazo con afecto Pese...
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.