Por fortuna no tengo agorafobia. Lo único que no puedo hacer es subirme en un cacharro de la feria, como esos que suben a lo alto de una noria, una nube, o cualquier artefacto que me desbarate la tensión. Ya lo intenté una vez y tuvieron que venir los sanitarios a socorrerme.
Por eso, aunque me inquietan las multitudes y no llego a relajarme, reconozco que con los niños hago una excepción. No olvidemos que yo no tengo al vienés jajaja.
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En cuanto a las máquinas siempre han sido mi pasión. Desde los tractores hasta las motos y los camiones. Lo de la avioneta no pasa de ser un sueño, de momento inalcanzable. Es algo que a todos los niños, y creo que dentro los hombres llevamos uno encerrado nos gusta, no sabría decir la razón.
Nosotros tenemos el caso contrario. Ella es la mayor. Nunca ha demostrado celos, más bien curiosidad y sentido de la propiedad sobre el hermano. Ella es la hermana mayor sobreprotectora que lo cuida y lo mima. Nada más verlo terminadito de nacer, hacía muy pocas horas, lo primero que le dijo fue; "Soy yo, tu hermana mayor". Hoy por hoy juegan ambos con todos los juguetes, aunque hay que reconocer que la hermana domina muy bien la expresión, con un año y medio ya hablaba y era poco hábil mecánicamente. El niño, con casi dos años apenas habla pero es un manitas. Para decirte que se sube a su camión y lo arrastra con destreza por la casa sin tropezar con nada y maniobrando fantásticamente.
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Lo de la escallella, es un suplicio. Llegas a casa, cansado, molido, extenuado y está allí. Ha permanecido esperando al papi para que lo saque. Es más, hoy que he llegado antes, el mismo ha cogido el abrigo para abreviar los trámites y salir antes.
Es agotador. Luego, lo lavas, lo secas, le haces un par de volteretas y no quiere que pares, se enfada. Le gusta que le levanten, que le asusten, jugar al escondite, cuando tiene sed, que le pongas teta, que quiere decir lleteta. Señala la nevera y la golpea con su vasito. No hay duda. La suerte, es que cada día que pasa, tira menos por fuera y entra más en el coleto.
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Lo de subir las cosas a las alturas no funciona. Lo que hacemos, realmente hemos hecho, ha sido desmontar los pomos de los cajones los armarios y los muebles. Así nosotros necesitamos de un mango de cuchara para abrirlos pero él, de momento jajaja, no puede.
El televisor lo hemos atrincherado detras de una mesilla que le hemos repetido que no puede trepar y hemos logrado que respete. Pero como bien dices, es cuestión de tiempo y resignación. Ya damos por perdidos muchos de los enseres de la casa. El único miedo es que se lastime él. La gracia es que la hermana lo vigila de cuando en cuando, y para hacerse la mayor nos informa de los avances del hermano. A veces en cuestiones sin importancia como cuando lleva en la mano una de las muñecas de ella que ya no usa y esta hecha unos trapos.
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Crucemos los dedos, pero de momento, nos hemos librado de ellos. Como encima nos libramos rápidamente de la hipoteca, no quiero saberme nada de ellos. Es lo mejor. Ignorarlos. Ya le estan costando suficientemente caros a todo el país.
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Sí, me encanta la expresión que has utilizado, es muy buena "hogar sin familia no es hogar, sino casa", los auténticos hogares nunca están completamente ordenados, rezuman rotos y descosidos, la cocina es más una fábrica de comidas, pero eso, como bien dices es un hogar. En cuanto al olor, para que contarte. Tu cambiando arena o sacandolos a pasear, nosotros cambiando paquetes que casi no ganamos bastante para pagarlos. Pero eso es lo que tu comentas es un hogar, un ente vivo, muy vivo y coleante, rebosante de vida, en el que no hay un instante de aburrimiento. Todo es movimiento y cambio.
Yo creo que si es comparable. Hablamos de lo mismo, vidas que se entregan a cuidar vidas. ¿Qué importa si son niños, animales o ancianos?. Todos necesitan y entregan cariño.
Un abrazo a todos, a ti, al vienés y a las criaturas. Disfrutad la vida y no escatimeis felicidad.