Cristobal Colón partió rumbo a lo desconocido con menos equipaje.
Yo soy minimalista radical por lo que mi criterio posiblemente no sea el más adecuado.
El supermercado abre todos los días con un horario de lo más amplio y como no me entusiasma demasiado el pan duro, se pasa a diario y se aprovecha para comprar lo necesario para la jornada o como mucho para un par de días. Mi casa está rodeada de despensas a mi disposición casi todos los días del año. Hay más que oficinas bancarias que ya es haber.
Las ofertas son un gancho que ponen los que tienen muchas ganas de vender, pero no se debe caer en la trampa porque también las hay todos los días.
Me gusta ver la nevera medio vacía, así de un vistazo se exactamente lo que se necesita y sólo se repone lo que se va agotando.
Alcohol prácticamente nada más que lo que hay en el botiquín. En casa no se toman bebidas alcohólicas salvo en momentos puntuales y cuando se hace lo que sobra se acaba tirando porque nadie lo quiere y se termina pasando. Se considera que los vicios deben ser exhibidos públicamente y por tanto para eso está el bar: También hay gran número de despensas de este tipo al lado de casa.
Me gustaría tener mi despensa repleta de dinero. Lamentablemente su aspecto es todavía más desolador que el de la mi frigorífico.
Si vuelve la cartilla de racionamiento y el mercado negro te harás de oro. Espero que me hagas un sitio entre los clientes preferentes.