Bueno, yo es que soy de los tiempos de Maricastaña, pero en mi colegio no pasaban una y para más INRI llegaba a casa y mi madre controlaba los dictados y me volvía a hacer repetir las faltas corregidas otras 10 o 20 veces, ya ni me acuerdo.
Lo que sí recuerdo bien es la anécdota de tener que escribir la palabra "huevo" cien veces, porque de muy niña la escribí con "G", sin "H" y con "B" y mi madre se cabreó de lo lindo, jajajaaaa.
Respecto a la Universidad, la catedrática de Farmacia Galénica nos suspendía si veía faltas de Ortografía. Basaba su argumentación en que le resultaba intolerable que un farmacéutico preparase inyectables para la administración de "inyeciones", "inlleciones" y, aunque en aquellos tiempos fastidiara a más de uno la media global del curso, hoy en día reconozco que es patético que un profesional -por muy bueno que éste sea- cometa tropelías de esa índole con nuestro precioso y riquísimo idioma.
Un saludo
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.