Cierto es que la mayor parte de la deuda japonesa está en sus propias manos pero la sociedad española no se encuentra en la misma situación para hacer frente a la compra de deuda propia y así mantener soberanía frente a inversores extranjeros.
Con tasas de paro y pobreza que superan el 20%, una reforma laboral enfocada hacia una devaluación interna y una quiebra en la confianza del ciudadano medio en cualquier producto de renta fija o variable provocada por una interminable sucesión de estafas consentidas (Nueva Rumasa, Forum, Afinsa, Preferentes vendidas como plazo fijo etc...) no esperemos ver una gran demanda de deuda nacional por parte de ciudadanos españoles.
La fallida emisión de bonos valencianos de diciembre fue un claro síntoma no solo de falta de confianza como se nos quiere vender, sino de empobrecimiento de la clase media, principal cliente de dicha emisión.