Roberto Centeno:
http://blogs.elconfidencial.com/espana/disparate-economico/2013/03/18/regimen-corrupto-o-corruptos-en-el-regimen-1-8183
Los responsables de esta caída a los infiernos viven en la más absoluta impunidad y carecen de piedad hacia los gobernados. No les importa que haya más de 12 millones de españoles viviendo por debajo del umbral de la pobreza, no les importa recortar la dependencia ni recortar las pensiones: van a reducirlas en un 32% de los que se jubilen a los 63 años y un 15% las de quienes se jubilen a los 65; ni recortar el desempleo. Y ahora van a impedir el acceso al subsidio para los parados mayores de 55 años. Están dispuestos a recortes cada vez más drásticos en desempleo y jubilaciones, donde un grupo de expertos va a analizar la sostenibilidad -y témanse ustedes lo peor- en seis meses.
Pero nadie analiza la sostenibilidad de los increíbles privilegios de la casta política, ni de los rescates bancarios, ni de las subvenciones a las renovables, ni de las energías más caras del planeta. Nadie analiza la sostenibilidad de 3.000 empresas públicas ni de cientos y cientos de miles de enchufados ni de privilegios y despilfarros inauditos. Nadie analiza la sostenibilidad de que la alcaldesa de Madrid y decenas como ella tengan 400 asesores que nos asesoran a 60.000 euros per cápita, ni de que vaya a la peluquería con dos coches y seis personas, o que cualquier concejal o mindundi con mando tenga coche oficial y dos asesores, algo inédito en el mundo.
No sólo son corruptos, ineptos y despilfarradores; son, sobre todo, totalmente despiadados. No sólo van a bajar más los sueldos, no sólo van a reducir mucho más las pensiones y el desempleo, no sólo van a subir de nuevo los impuestos, es que además nos van a robar nuestros ahorros como en Chipre, al igual que están endeudando brutalmente a varias generaciones de españoles. Así que el dilema es sencillo: o ellos o nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos. Hay que ir contra ellos sin concesiones ni contemplaciones para exigir una nueva realidad regida por la democracia en lo político y por la decencia en la moral pública.