No creo que dentro de la definición de ahorrador, y teniendo en cuenta las rentabilidades financieras de la última década, encaje la posibilidad de triplicar el capital ahorrado. Suponiendo, por ejemplo, una rentabilidad neta del 2 % anual se necesitaría más de medio siglo para triplicar el capital inicial. Y no consideraría ese periodo de tiempo largo plazo (10, 20, incluso 30 años), sino muy largo plazo (contextualicemos 50/60 años en la vida de una persona).
Un ahorrador no deja de ser alguien que reserva o guarda una parte de sus ingresos ordinarios de cara el futuro. Obviamente es compresible, y deseable, que ese capital rente al menos lo suficiente como para evitar la devaluación natural del paso del tiempo. Incluso es razonable sacarle algo más de rentabilidad que compense el coste de oportunidad de depositar nuestro capital en el instrumento de ahorro que escojamos. Por eso pongo el ejemplo de una rentabilidad neta del 2 %, que considero más que utópica con la situación de la última década para definir ahorrador.
Por todo lo anterior, creo que lo que expones coincide más con la definición de inversor. O por lo menos con lo que sería un ahorrador con un alto componente de inversor. Y con esto no estoy criticando que se tenga un perfil inversor o ahorrador/inversor, pero soy de la idea de que en la vida hay que ser coherente y consecuente. No se expone uno a lo mismo siendo ahorrador que ahorrador/inversor. Más allá de esos "terceros", que no sé como piensas que van a hacer menguar tus ahorros, el propio devenir de la economía hace que esta no sea inmutable. Por ello, el planteamiento no debería ser si habrá un "corralito" o no, sino cuál debe ser la actualización de tu "plan financiero" que más convenga al momento actual.
Por eso, en mi comentario anterior, decía que antes de entrar en debates de "bola de cristal" (y de igual forma, antes de la toma de decisiones sobre nuestro "plan financiero") era conveniente tener claros ciertos puntos que definen entre otras cosas donde estamos. Si la situación y el contexto es distinto al que nos creemos, las decisiones que tomemos serán altamente erróneas. Una vez esto este claro, podrán plantearse debates más productivos y aplicables a cuestiones concretas (adoptar temporalmente estrategias más "conservadoras" o no, diversificar más o no, qué productos financieros están más expuestos a la situación actual, etc).